Hay momentos que parecen eternos y momentos tan fugaces que creemos haberlos soñado. La vida está llena de instantes estelares que quisieramos atrapar y guardarlos para siempre. Pero también de tiempos oscuros en los que la lentitud de las agujas del reloj nos desespera. Diez años son insignificantes en el trascurso de la Historia y, sin embargo, comportan una gran parte de nuestra historia. Confieso que a veces veo reflejada en esta España eterna (la del eterno enfrentamiento) otros tiempos que me parecen haberlos ya vivido, pero que sólo son fruto de mi memoria histórica. Son pequeños Deja vu en los que encuentro tinieblas, oscuridad, odio y sufrimiento. Una España que apaga las luces y recupera las armas. Una España en la que reina la crispación y la Democracia es tan débil como la cordura. Yo diría que no hay nada que temer, que no se rompe España ni que los nacionalismos y la izquierda pueden ser los únicos culpables de esta escalada de inconsciencia que nos envuelve: la del empecinamiento en la balcanización de nuestro país. La derecha, alimentando los miedos del pasado, se empecina en retornar a épocas de trincheras. Una oposición debe ser respetuosa y no fomentar la división del único pueblo del mundo en el que se han matado los hermanos. La crispación se alimenta acusando a rojos, socialistas y nacionalistas de ser enemigos de la patria; al no impulsar un texto legal, la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica, que hace justicia a los represaliados y a sus familias, que por fin recuperan el honor de sus muertos y, en ocasiones, sus cuerpos. Pero la derecha siempre ve la paja en el ojo ajeno y cree que nacionalistas y socialistas con esta ley fomentan la división. No piensan lo mismo de la canonización de 498 represaliados por las huestes republicanos. Será el próximo 28 de octubre y con ellos la Iglesia sólo muestra una cosa: a quien sirve y a quien es fiel. Para ellos, los hijos de la izquierda, los laicos, no forman parte de la familia humana. ¿Es que fueron más perseguidos los nacionales durante tres años de guerra que los nacionalistas y gente de izquierdas durante 40 años de franquismo? La Iglesia cae en los mismos erróres que antaño. Propongo una revisión sustanciosa del Concordato que España firmó con el Vaticano en 1979. De no ser así, los socialistas nos estarán tangando. Todo ello mientras Garzón encarcela a 17 asesinos, o en su defecto, mentes perversas que incitan al terror y que dicen trabajar por la liberación del País Vasco. Flaco favor hacen a los suyos. Igual que hacen estos días los radicales catalanes, valencianos, madrileños y andaluces quemando fotografías del Rey. Lo justo sería que el monarca otorgara a su pueblo la libertad de elegir un futuro truncando un 18 de julio. Él lo sabe. Sin embargo, los terroristas no saben que un Estado vasco independiente no podría sobrevivir aislada (España vetaría su ingreso en la UE). Y tampoco que las arcas vascas serían incapaces de soportar el actual grado de gasto en bienestar social. El Rey... El Rey tiene que entender que estamos en el siglo XXI y que la quema de fotografías sólo es el primer atisbo del derivo del pensamiento de nuestra sociedad. Sería sensato que los españoles decidiéramos nuestro futuro. He visto en mis Deja vu que España, mañana, será republicana. Solo me inquieta quién sería su presidente... ¿Carod, Ibarretxe, Mas? Cómo la biografía de García Márquez... vivir para contarlo.