España se sumará desde hoy a otros seis países que ya trabajan legalmente con experimentos genéticos. El anteproyecto de Ley de Investigación Biomédica establece un marco jurídico para incentivar las investigaciones. No hay debate político, a pesar de las apariencias, pues gobierno y oposición se muestran satisfechos con la nuevas posibilidades médicas que se abren. Hoy se ha dado un nuevo paso adelante : se aprueba una ley que permitirá a los investigadores españoles utilizar técnicas de transferencia nuclear: la llamada clonación terapéutica. Se pondrán en marcha biobancos y se creará una carrera investigadora en el seno del Sistema Nacional de Salud que deberá acercarnos a la primera línea científica mundial. No hay debates ni peros. España se merece una labor científica pionera y eficaz. Y para dar cuerpo a ello habrá que repatriar a nuestros mejores cerebros, que trabajan fuera de nuestras fronteras. Aquí, nunca se les ha incentivado, nunca se les ha ayudado lo suficiente. La posibilidad que se les negaba la encontraban fuera de nuestras fronteras. Y ZP basó su campaña electoral de 2004, entre otras cosas, en la recuperación de grandes mentes fugadas en años anteriores (y no sólo con el Gobierno Aznar). Sin embargo, sólo después de dos años y medio se ha hecho algún atisbo para que los prodigios científicos nacionales vuelvan a casa con las garantías de poder seguir desarrollando su trabajo. La aprobada hoy en el Consejo de Ministro es una ley muy importante, sin embargo, aún queda mucho trabajo que realizar para estar a la cabeza mundial de la ciencia. Para empezar, repatriar a esos miles de españoles que trabajan en el extranjero y tanto éxito están teniendo con sus investigaciones.