Los españoles somos muy peculiares. En cuanto sufrimos un desastre natural, la culpa, al Gobierno de turno. Y si el Gobierno no paga se lía la marimorena. Hay quien se contenta con dos duros y hay quien cree que el dinero no sufraga el daño emocional. Pero ayuda. A quienes no les deben estar ayudando mucho las noticias de estos días es a la familia McCann. El rastro de sangre y olor aparecido en el apartamento y sus alrededores hace suponer a la policía que Madeleine perdió la vida poco después de ser secuestrada. Y aunque los padres de la niña quieran hacer ver al mundo que están tranquilos, lo cierto es que no lo están. Correos electrónicos y llamadas telefónicas a sus familiares intervenidas han puesto a la policía en la que puede ser pista definitiva. Aquí parece haber gato encerrado. El paso del tiempo no suele ser un buen aliado en estos casos, pues todo se descubre. Y eso, a pesar de que la policía y las autoridades británicas quieran salvarle el culo a los padres de Maddie. Y si son inocentes... ¿para qué?