A falta de poco más de medio año para las elecciones municipales y regionales, la política más cercana, en la que siempre hemos creído los ciudadanos con tesón, ha perdido casi toda su credibilidad. Durante años hemos mantenido una estrecha relación con los dirigentes locales, aunque no fueran del partido al que habíamos votados, porque nadie como ellos, apenas sin medios, con otro trabajo con el que subsistían, simbolizaba el espíritu de la democracia. Aquello, hoy, es un tiempo lejano. Hoy los políticos locales, salvando excepciones, sólo piensan en su propio beneficio, más allá de los intereses generales. Recalificaciones, especulación, comisiones, tratos de favor, regalos,... son palabras que se han convertido en inseparables de alcalde, concejal, pleno o ayuntamiento. El gran escándalo que este verano estalló en Marbella con el caso Malaya sólo ha sido la punta del iceberg, un ápice de lo que nos espera. Hoy por hoy, la justicia española sigue de cerca muchas ciudades, de las que se sospecha. Pasen y vean, porque no hay desperdicio, como indican las últimas informaciones. Tras Seseña (Toledo), donde El Pocero quiso hacer más de 60.000 viviendas para una población infinitamente inferior, vino el caso de Torrelodones, en Madrid. Es en esta comunidad donde se concentran la mayoría de casos de corrupción. Ahora se acaba de descubrir que dos ex - alcades socialistas de Ciempozuelos ingresaron 1 millón de euros en Andorra, que el Gobierno regional murciano es investigado por dar "un pelotazo", de como un tío de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se benefició de una recalificación, que un concejal del PP en Tres Cantos pedía el 11% del total de una operación, lo cual le correspondía en comisiones, ... y tantas y tantas otras situaciones como las de Orihuela, Castellón, Estepona... Hasta Maragall denunció el famoso 3% en comisiones que, durante sus dos décadas en el poder, CIU había recibido. En fin, situaciones que siempre han existido y que ahora comienzan a salir a la luz. En nuestro país, en los últimos 25 años, se han gestado más cosas que las repetidisimas Gal, tratos de favor de los gobiernos socialistas, Roldán, Vera... Y mientras estos temas captaban nuestra atención, los cotidianos, los de nuestro día a día, absurdamente, escapaban de nuestras manos. Nuestro voto puede, en mayo, reconducir estos años de bochornosa administración corrupta. Ojo con los pretendientes al poder, a veces no son lo que parecen.