El taxi se abre paso por el atardecer lluvioso de una ciudad del norte donde decir lo que se piensa sigue costando caro. Una ciudad donde muchos siguen guardando sus ideas en un cofre con siete cerrojos. Desde aquí se entiende con toda nitidez la perplejidad de Joan Manuel Serrat. Él y otros artistas decidieron apoyar con una canción la candidatura de Zapatero, y por eso Rajoy les llamó untados. En el caso de Serrat, incluso, se refirió a él de forma despectiva en el transcurso del debate. Dolors Nadal, la candidata del PP por Barcelona, dijo que Serrat viaja en jet privado y limusina. El cantautor se defiende: yo voy en aviones que me pago yo. Si no puede demostrar que el PSOE me lleva por ahí en limusina nos tendremos que ver en el juzgado. Suena triste Serrat. Y es triste que Serrat suene triste a estas alturas por el antiguo crimen de significarse.
Y al final, hubo debate. Tras 15 años sin cara a cara entre los dos candidatos a la presidencia del Gobierno español, Zapatero y Rajoy acercaron posturas para enfrentarse en un duelo. Pero la batalla, que se presuponía fraticida, resultó ser una tomadura de pelo. Al menos, hemos conocido a la niña de Rajoy, ese gran fraude electoral del PP. Para algunos es una absuerda estupidez. Para otros, la forma de humanizar a Rajoy y acercar algunos nuevos votos al saco de Génova. Yo pregunto, ¿y dónde están metidos Acebes y Zaplana durante esta campaña? Puede que cuidando a la niña de Rajoy, o tal vez ladrando para otro lado y enterrando, aunque sólo sea durante la campaña, la España más ultraconservadora de los últimos 40 años. Pero la niña de Rajoy, como decía antes, es un fraude. Lo es porque el popular no es el padre de la criatura. El padre se llama Barack y se apellida Obama. El senador por Illinois y candidado en las primarias demócratas a la Casa Blanca es su creador cuando pronunció su ya célebre discurso de New Hampshire el del "Yes, we can", el pasado 8 de enero. Las únicas conclusiones que sacaron los españoles tras el debate fue el de la tergiversación y el de la utilización de ETA y de sus víctimas para erosionar al presidente del Gobierno. Un guión que ya estaba preparado. 24 horas después del debate, se recibió en las redacciones un documento furibundo de la AVT, que preside Francisco José Alcaraz. En nombre de las víctimas y a lo largo de cuatro puntos, Alcaraz dice cosas como: El presidente del Gobierno, al ceder políticamente con ETA, ha traicionado, agredido y menospreciado a las víctimas del terrorismo. ¿Les suena? Ha dejado de aplicar la ley de partidos. Las víctimas han tenido que soportar los vergonzosos paseos del asesino De Juana Chaos por San Sebastián. ¿Les suena? Zapatero mantiene la resolución parlamentaria para negociar con ETA. ¿Les suena? El presidente del Gobierno... no es de fiar. ¿Quién ha dicho eso hace poco, tal vez la noche del lunes? Sólo queda desvelar qué fue antes, como en el dilema del huevo y la gallina. ¿Quién le escribe los discursos a quién? ¿Tenía Rajoy el papel de Alcaraz sobre su mesa o fue al revés? Quizás compartan guionistas.
Y al final, hubo debate. Tras 15 años sin cara a cara entre los dos candidatos a la presidencia del Gobierno español, Zapatero y Rajoy acercaron posturas para enfrentarse en un duelo. Pero la batalla, que se presuponía fraticida, resultó ser una tomadura de pelo. Al menos, hemos conocido a la niña de Rajoy, ese gran fraude electoral del PP. Para algunos es una absuerda estupidez. Para otros, la forma de humanizar a Rajoy y acercar algunos nuevos votos al saco de Génova. Yo pregunto, ¿y dónde están metidos Acebes y Zaplana durante esta campaña? Puede que cuidando a la niña de Rajoy, o tal vez ladrando para otro lado y enterrando, aunque sólo sea durante la campaña, la España más ultraconservadora de los últimos 40 años. Pero la niña de Rajoy, como decía antes, es un fraude. Lo es porque el popular no es el padre de la criatura. El padre se llama Barack y se apellida Obama. El senador por Illinois y candidado en las primarias demócratas a la Casa Blanca es su creador cuando pronunció su ya célebre discurso de New Hampshire el del "Yes, we can", el pasado 8 de enero. Las únicas conclusiones que sacaron los españoles tras el debate fue el de la tergiversación y el de la utilización de ETA y de sus víctimas para erosionar al presidente del Gobierno. Un guión que ya estaba preparado. 24 horas después del debate, se recibió en las redacciones un documento furibundo de la AVT, que preside Francisco José Alcaraz. En nombre de las víctimas y a lo largo de cuatro puntos, Alcaraz dice cosas como: El presidente del Gobierno, al ceder políticamente con ETA, ha traicionado, agredido y menospreciado a las víctimas del terrorismo. ¿Les suena? Ha dejado de aplicar la ley de partidos. Las víctimas han tenido que soportar los vergonzosos paseos del asesino De Juana Chaos por San Sebastián. ¿Les suena? Zapatero mantiene la resolución parlamentaria para negociar con ETA. ¿Les suena? El presidente del Gobierno... no es de fiar. ¿Quién ha dicho eso hace poco, tal vez la noche del lunes? Sólo queda desvelar qué fue antes, como en el dilema del huevo y la gallina. ¿Quién le escribe los discursos a quién? ¿Tenía Rajoy el papel de Alcaraz sobre su mesa o fue al revés? Quizás compartan guionistas.