30 enero 2009

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

"Hay gente que te hace sentir muy pequeña", escribió en el messenger aquella mañana soleada mientras yo me apretaba el nudo de la corbata con celeridad. Lo dijo con la inocencia con la que uno recuerda su primer amor, con la sinceridad que esconde un niño tras su mirada. Comencé a darle vueltas a aquella frase en el autobús, de camino al trabajo, algo que afortunadamente aún conservo. No pueden decir lo mismo casi un millón de españoles, que han visto como 2008 se ha llevado su puesto laboral de la misma forma que tú te llevaste mis alas. Y es cierta aquella frase que ella dejó escrita en el ordenador minutos atrás, lo que ocurre es que nunca te imaginas que esas personas que te hacen sentir pequeño son quienes más creiste que te querían. Ella no lo logra entender y a mí me gustaría explicarselo. Igual que me gustaría explicarle a Nacho, a Rosa o a Juan porque han perdido su trabajo, aquel que escuetamente les daba para pagar la hipoteca y comer día a día. Pero desafortunadamente no tengo respuestas, como tampoco tuve respuesta aquella tarde en la que te perdiste entre la niebla. No nos engañemos: la crisis la pagaremos los más débiles. Eso a pesar del los esfuerzos del Gobierno de ZP, que ha aprobado diferentes medidas mientras el PP se desangra en una guerra interna (la enésima) e IU insulta a Zapatero y sus ministros a la par que sale a la calle a vociferar irrealidades vestidas con la bandera republicana. Al menos esta vez nos hemos ahorrado el impacto visual que causan los obispos en la vía pública. Un informe del Banco de España alerta de que la economía española ha entrado en recesión por la caída del consumo (el PIB ha caído un 0,8%). Será difícil que se recupere la demanda interna pese a las medidas, por mucho que el ministro Sebastián haga las veces de gurú o se vista de Anne Igartiburu para sacar a pasear los affaires de Gallardón o sandeces similares. Ahora nos pide que llenemos nuestro carro de la compra con al menos 150 euros de productos españoles. Serán 150 euros para quienes los tenga. Algunos tardamos dos meses en cobrar y mientras tanto, nos cocemos unas deliciosas migas de Educación para la Ciudadanía, ahora que con la crisis nos alimentamos de sopa boba. Ya se sabe que para tiempos de crisis económica, siempre existieron funambulistas de la política que salieron por peteneras, y el PP se ha esforzado en que la nueva ética socialista no tenga cabida en los centros educativos, como si la moral fuera algo reemplazable por canicas, ahora que se quejan algunos de que con la hipoteca no les dieron una como al vecino de arriba. Se han esforzado por la vía política primero, y la judicial después, en que la materia de Educación para la Ciudadanía no se desarrolle en las aulas, pero esta vez les ha salido el tiro por la culata. Y yo pregunto: ¿por qué se niegan a cursar dicha asignatura los mismos que se creen paradigmas de la moral y la ética en nuestro país? Algunos pensarán que es mejor dedicarse a espiar y a hacer novillos el día que toca arrimar el hombro. Y es que entre el Aguirregate y las dudas de Rajoy en apoyar las medidas anticrisis lanzadas por Zapatero, el PP se ha diluido y según las últimas estimaciones de voto se arrastra a 8 puntos del PSOE. Una amiga socialista que estos días de vino y rosas me ha seguido y acompañado en mi peregrinaje particular me pidió que escribiera sobre el caso de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, un caso tan manido que voy a darle carpetazo con la decisión que acaba de tomar el Tribunal Supremo, que se quiera o no se quiera cierra de una vez por todas este infructuoso debate. Ahora, unos se irán a patalear a Estrasburgo, otros, la mayoría, perderán su puesto de trabajo, y hasta habrá quienes pongan en cuestión, cínicamente, los esfuerzos del Gobierno español por la economía. No sabemos si seguirán las escuchas y los dossieres en la Comunidad de Madrid, si continuaremos siendo vigilados o si finalmente la Milá ficha por Génova, el Gran Hermano de los que no necesitan una asignatura para respetar lo que el derecho ha dado en llamar intimidad. Camino de Granada, cuando hayas olvidado que los niños españoles tendrán que cursar Educación para la Ciudadanía sí o sí, yo sólo me estaré acordando que tras los desempleados y los moralmente obligados, habrá gente mucho más desafortunada: los que como tú y como yo seguiremos escribiendo en el messenger, o quizá en este blog, palabras de desconsuelo mientras encogemos.

27 enero 2009

UN MOTIVO DE ESPERANZA

El día que Ted Kennedy mostró su apoyo público a Barack Obama recordó como su hermano John retó a EEUU a atravesar una nueva frontera. El joven candidato católico tuvo que soportar las críticas del anterior presidente demócrata, Harry Truman, que pedía paciencia y exigía a alguien con más experiencia, pero John Fitzgerald respondió: "el mundo está cambiando. Las viejas fórmulas ya no sirven". En el EEUU post Bush, Obama ha hecho suyas esas palabras del presidente asesinado para simbolizar el hambre de cambio y radiar un efecto de esperanza que ya no se recordaba en las bases demócratas. Como el mundo cambia, he dejado olvidado en un cajón aquella pulsera amarilla radiante que ocupaba mi muñeca izquierda y en la que se podía leer LIVESTRONG. Y es que yo no sé aferrarme fuerte a la vida. Unas veces apareces y creo que tu regreso ya será definitivo. Otras, intento enamorarme y que alguna historia mágica me salve, pero me doy de bruces. En ocasiones porque llevo el lastre de tu sonrisa, en otras, porque sólo soy un petit suite que escribe frases muy bonitas y te ayuda a soportar las horas de amargura, horas, las mías, que yo me trago con la efervescencia de una soledad no deseada. No es el hambre de compartir lo que más me duele estos días, sino el derrumbe existencial diario que padezco y el profundo desarraigo a mi propia supervivencia, ahora que mis bolsillos ya no pueden garantizar una cucharada de sopa diaria y tu recuerdo se ha hecho insuperable. Como en el amor, en política sólo el paso del tiempo puede aligerar pesos y regalarte nuevas esperanzas. A veces tienen que pasar generaciones. Pero hay momentos en la historia en los que el pasado muere y surge otra cosa totalmente nueva. Las sociedades pasan página. Esos momentos los protagonizan hombres que son capaces de arrastrar a los pueblos y de hacerlos soñar que se puede cambiar el mundo. Barack Obama, el nuevo presidente de EEUU, es uno de esos líderes. Vivimos tiempos oscuros, de desánimo colectivo, de profunda crisis del modelo económico. Cuando nos atenaza el miedo y una incomprensión ante algo que nunca nos había pasado, el ser humano tiene lista baterias para recargarse y regresar con energías renovadas. Nos sacudimos fieramente la desdicha, aunque un tren haya arrollado nuestras ilusiones, y nos enfrentamos a lo desconocido con la firme intención de cambiar algo que nos duele, que nos desestabiliza o que nos irrita. Las historias mágicas, sobre todo las de amor, son las que mejor efecto producen. Una de esas historias mágicas, llenas de esperanza, es la irrupción de Obama a la presidencia de EEUU. Nunca había sucedido que un senador negro, de 47 años, nos convocara a la esperanza, al sueño de que es posible otra forma de hacer política. Independientemente de cómo concluya la presidencia de Obama, EEUU y su nuevo líder nos ha sorprendido. Obama hablando a la multitud en el parque Grant de Chicago enlaza con gigantes de la política norteamericana. En primer lugar, con Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de EEUU, que mantuvo la Unión y emancipó a los esclavos. El entonces senador Obama, recordó como Lincoln, en tiempos de la Guerra de Sucesión, le dijo "a una nación más dividida que la nuestra hoy" que era hora de ir al encuentro del contrario. La gran victoria de Obama es también un triunfo lastrado con problemas históricos: la debacle financiera y la amenaza de recesión global. Franklin Delano Roosevelt, otro de los grandes presidentes (y por supuesto en el discurso de Obama), heredó una situación similar a la del nuevo presidente tras la Gran Depresión de 1929. Con el New Deal utilizó al Estado para reconstruir EEUU con dinero público. El editorial de The New York Times el día siguiente a la victoria de Obama afirmaba que éste había ganado porque "vio lo que está mal en este país: el desastroso fracaso del Gobierno para proteger a sus ciudadanos". Y es que Obama ha llegado a la Casa Blanca sobre la misma ola de ilusión y arrastre de los jóvenes que desató en 196o JFK. Las palabras del presidente coinciden con la filosofía del histórico discurso de toma de posesión de JFK. Obama afirmó en la inolvidable noche de Chicago: "sabemos que el Gobierno no puede resolver todos los problemas. El camino que tenemos por delante será largo. Puede que no lleguemos al final en un año o incluso en un mandato". 47 años antes (justo cuando Obama nacía), en las escalinatas del Capitolio de Washington, a diez grados bajo cero, Jack Kennedy advertía: "Todo esto no se acabará en los primeros cien días. No se logrará en los primeros mil; ni siquiera se conseguirá en la vida de esta Administración". Obama, tras muchas generaciones, ha sabido aligerar el peso de la tradición (por la que parecía imposible que un negro gobernara el país más fuerte del mundo) y regalarnos nuevas esperanzas. Las mismas nuevas esperanzas que hace 66 años se llevó por delante un disparo cobarde, el que asesinó a JFK. Decir lo contrario sería negar la evidencia, convertiéndonos en ese instante en una extraña mutuación aznariana, ahora que nuestro guía sigue tan de moda liderando el movimiento negacionista del cambio climático. Y ello a pesar de que un prestigioso estudio afirme estos días que los daños atmosféricos por las emisiones de CO2 son irreversibles. Por ello Obama ya ha tomado cartas en el asunto y ha firmado un nuevo decreto para reformar el sistema energético estadounidense: más energías renovables y más creación de empleo en el sector. Kioto se cumplirá sí o sí. Otras emisiones irreversibles son las de las ondas, aquel maravilloso locutor deportivo llamado José María García y su onomatopéyico runrun dedicado al ex presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta. Pues sí, ahora "Pablo, Pablito, Pablete" nos ha abandonado a los 85 años. A esa misma hora en que dejaba este planeta minado de histeria, suspensiones de pago, emisones tóxicas y corazones quebrados, Antonio Caiazzo, un jefe de la Camorra (mafia siciliana) era detenido en Madrid. A pocos kilómetros de allí, y sin conexiones aparentes con el arrestado, Esperanza Aguirre se autoproclamaba una víctima política del espionaje llevado a cabo por la Comunidad de Madrid a altos cargos políticos. Malos tiempos para la esperanza. Quizá si los Kennedy tuvieran un chalé en Sanchinarro y le dieran un empujoncito a Tomás Gómez, los problemas de Madrid se aligerarían y habría lugar para nuevas esperanzas. Las que hoy existen huelen a podrido.

24 enero 2009

LA CHICA DEL ALA ROTA

En ocasiones me siento como Phil, el protagonista de El día de la marmota. Phil es el hombre del tiempo de una cadena de televisión estadounidense que un año más es enviado a Punxstawnwey a cubrir la información del festival de la marmota. En el viaje de regreso, Phil y su equipo se ven sorprendidos por una tormenta que les obliga a regresar a la pequeña ciudad. A la mañana siguiente, al levantarse, Phil escucha en el radiodespertador el mismo programa que la mañana anterior, viéndose atrapado en dicho día. Y así sucesivamente los días posteriores. En mi caso es algo distinto, pues sólo me siento atrapado en sueños. Siempre la misma imagen: tus ojos, el Coliseo y un telón que se cierra, como en el teatro. Pienso en aquel preciso instante en el que nos volvimos a ver. Eran las doce de la mañana de un 11 de mayo como otro cualquiera. Tú me esperabas en la salida del metro Coliseo. Yo pensé que de pronto las nubes habían dejado paso a un día soleado y corrí a abrazarte. Pero tú diste un paso atrás y entonces supe que te habías evaporado, que te había perdido para siempre. No quedaron en pie esperanzas ni otros mundos donde evadirse, porque tú eras mi evasión continúa. Comprendí que la vida es dura, que a veces perdemos las alas y que hay que tratar de recuperarlas. Si mis miedos y miserias giran alrededor de esa película compleja y subvalorada dirigida por Harold Ramis, tú también crees tener una peli, y hasta una frase que es el centro de tu diana favorita, tanto que te gusta sufrir por causas perdidas como si la vida no nos diera la oportunidad de reinventarnos. Siete almas constituye un silogismo perfecto con tu actual situación. Te gustaría tener un ángel de la guarda para ti sola, chica de frágil corazón, pero sólo tienes un poeta imberbe que te lanza versos por la red, porque él si cree que eres su ángel de la guarda y se lanza en tu busca como los hombres 007 del consejero Granados y de la delicada Esperanza persiguieron a Alfredo Prada, Juan Carlos Fernández y al vicealcalde Cobo. La lucha por el cetro de Génova fue más allá de lo que pensamos, pero aquí nadie dice nada, nadie dimite y todos miran para otro lado. Es una de las tramas más graves de la historia política de nuestro país. Un escalofrío recorre mi mente: "si el mundo está vacío, ¿quién eres tú?" Me lo llevo preguntando, como en su día hizo Manolo García, estos últimos días, ahora que la pobreza y el desarraigo ante la vida entran por debajo de mi puerta. Y yo, que creí haberlo vivido todo y prometí no sucumbir a las apariencias, me encontré arrojado a ese lugar donde las batallas ante la ignominia sólo se ganan con un único arma: la ilusión. No digo esperanza porque las pelis policiacas, como las que estos días estrenan los cines madrileños, nunca fueron mi fuerte, ahora que estoy entregado a la causa cinematográfica y quiero encontrar paralelismos entre el cine y cada una de mis experiencias vitales. Pero no, la vida nunca es de cine y a cada cual le toca aguantar lo que le llega. Demasiado tiempo aguantaron desafiando a la vida los presos de Guantánamo. Nadie mejor que ellos para lamentarse de haber perdido las alas. Pero sí, te entiendo cuando me susurras al oído que te sientes como un ave de paso, porque en el amor las distancias son mundos, los silencios puñales fríos que se clavan por la espalda y las esperas ausencias disfrazadas de relojes de pared. Pero no te entristezcas, siempre hay un trabajo esperando a un desempleado a la vuelta de la esquina (Corbacho asegura que no llegaremos a los cuatro millones de parados) y un caramelo para el niño que llora en nuestros brazos. Hasta rincones perdidos donde se sumergen los olvidos por falta de atención, igual que algunas tierras ibéricas caen en la desmemoria de sus pobladores cuanto éstos las abandonan. Los caminos y veredas que hasta no hace muchas décadas unían pueblos y vecinos y atravesaban montañas se ven relegados por falta de uso. Como el amor. Yo lo descubrí aquel mediodía frente al Coliseo. Al menos, me tocó sufrirlo en un lugar único. Allí se quedaron mis alas rotas y ahora el cielo constantemente me parece un precipicio.

15 enero 2009

LA IZQUIERDA VOLÁTIL

De vez en cuando surgen historias como las de Antonio Márquez. Este escritor nacido en mi Arriate (Málaga) lleva décadas establecido en Nueva York. Allí se ha labrado un nombre en la escena literaria. A menudo regresa a casa para pasar unos días y asistir a inauguraciones, como la de la muestra de su maestro, Juan Ramón Jiménez en junio de 2008. Puede que haya sido la última vez que este octogenario haya pisado su tierra, nuestra tierra. Consciente de ello, tras la presentación, emocionado y nervioso, anunciaba su intención de donar todo su legado a la Consejería de Cultura, que preparaba una reedición de una de sus obras, reedición que se debe encontrar perdida por el camino, como tú te perdiste otro mes de enero tan frío como este sin que yo pudiera advertirlo. Los grandes acontecimientos suceden de la forma más inesperada. Puede que, como la obra de Antonio Márquez a este lado del charco, mis sentimientos no sean muy conocidos, pero al igual que los responsables del Centro Andaluz de las Letras reivindican la trayectoria de este autor que "nunca ha olvidado sus raíces" yo reivindico la profundidad de mi ausencia, que ya no es sólo física, sino también moral. Según el filósofo polaco Zygmund Bauman, "la vieja sociedad liquida, construida sobre bases estables como la familia, el empleo, los amigos, la pareja y las instituciones políticas se ha desvanecido. La posmodernidad ha roto todos los anclajes. Nos movemos en un entorno precario y cambiante, en el que antiguos valores como la fidelidad, la duración o la renuncia han perdido su significado". Pero sigamos con mi paisano. Antonio siempre buscó convertir todo lo que toca en una experiencia vital, apasionante. Jesuita durante 12 años, dos de ellos como misionero, ha discurrido luego por los derroteros de Gandhi y Marx, con una estancia intermedia en la fe anglicana. Sus convicciones marxistas no le impidieron, ya en 1959, proponer una transición política en España a través de la Monarquía. La acción le costó un destierro. A Antonio, comunista confeso de toda la vida (su sobrino Juan Antonio fue el primer alcalde democrático de Arriate en 1979 con el PCE), los neocomunistas de Arriate, que gobiernan férreamente a nivel local desde hace 14 años, no le quieren dar lo que merece. Siempre tuvo problemas con sus amigos marxistas, porque Antonio es una persona sin ataduras. En 1958 escribió el libro Sobre la situación en España, en el que adelantaba que el éxito de una transición pacífica una vez desaparecido Franco pasaba por una monarquía parlamentaria de corte socialista. La obra le valió el rechazo de los marxistas (tan intransigentes como de costumbre), por su carácter monárquico, y la declaración de prófugo de la justicia española. Así, el pasado noviembre, no es de extrañar que Gaspar Llamazares abandonara el invento de IU criticando a la formación por "sectaria, dogmática y tribal". El ex coordinador aboga por "refundar la izquierda", tan volátil. Usa un lenguaje arcaico, taciturno, sembrado de dudas. No es de extrañar que Zapatero haya arañado votos de la izquierda más arraigada. En la actualidad IU cuenta con sólo dos diputados en el Congreso, sus peores resultados en más de 30 años de democracia (incluyendo el periodo del PCE). Ahora llega Cayo Lara, que lo primero que hizo como coordinador de la formación fue alentar a una huelga general contra el Gobierno. Así, de repente, sin consultarlo con los trabajadores (sindicatos) y sin proponer antes nada para salvarnos de la crisis que nos afecta, la más grave desde 1929. Es la estrategia del derribo, que sigue las premisas de aquella famosa e histórica pinza que Anguita acordó con el PP para que los socialistas no se perpetuaran en el poder. Pero esta vez se encontrarán con una sociedad más madura. IU, quizá desgraciadamente, está abocada a la desaparición. La cuestión es que, tras el gris liderazgo de Llamazares, la formación ha decidido optar por un comunista integral como Cayo Lara. Pese a que el contexto le favorece (crisis económica, elevado desempleo), creo que el declive de IU no se detendrá. La elección de Lara supone que IU será un vehículo aún menos apto para dar cauce electoral atractivo a la izquierda volátil (según la expresión de César Molinas), ya que el componente comunista es mucho más débil de lo que el predominio del PCE dentro de IU llevaría a imaginar. Así las cosas, la gran cuestión es qué va a ser de ese caudal electoral que podría dejar huérfano la volatización de IU. Aún en plena debacle, la formación ha sido votada por un millón de personas, volumen más que sobrado para decantar el resultado global de unas elecciones tan disputadas como vienen siendo las Generales en nuestro país desde 1993 (excepto la excepción del año 2000). Por eso Zapatero, bajo la batuta de José Andrés Torres Mora, diputado por Málaga y hombre de confianza de ZP mientras estaba en la oposición, se escoró hacia la izquierda, consciente de que allí podría pescar una buena cantidad de votos. Otros decidieron permanecer fieles a IU (heredero del PCE), aún a sabiendas de que su cierre por derribo ya sólo lo salva una nueva ley electoral. Algunos, decia, permanecieron fieles porque están anquilosados en fórmulas, ideas y estructuras del siglo pasado. Porque dentro de la izquierda existen personas aún más reaccionarias que en la más extrema izquierda. O estás con ellas, o contra ellas. Nos fijamos estos días en el ejemplo de Fidel, cuya revolución cumple 50 años. El pueblo le siguió como una luz porque creía que con él Cuba sería un país rico, libre y lleno de oportunidades. Hoy, medio siglo más tarde eso no ha sucedido. La isla está sumida en la más horrible de las pobrezas. Y desde finales del año pasado, no tenemos noticias del Comandante, a quien una terrible enfermedad le retiró del liderazgo del país en julio de 2006. Su lugar lo ocupa ahora su hermano Raúl. En Miami celebraron incluso los futuros cambios, la apertura de la isla, su probable democratización... Pero aún nada de eso ha llegado. Unos dicen que Fidel ya ha muerto (posibilidad alimentada tras unas declaraciones de Chávez), y creen que el silencio que guarda el régimen al respecto es significativo. Piensan, incluso, que la cúpula castrista espera la llegada de Obama para anunciar la muerte del Comandante, para no tener que entregar así su cabeza en bandeja a Bush. Recuerdo como en julio de 2006, Mirta Díaz-Balart, primera mujer de Fidel (y madre de su único hijo varón) fue informada de la grave situación de éste. Así, a marchas forzadas, casi a contracorriente, Mirta cogió el primer avión con destino a Cuba desde Barajas. Aquí, en Madrid, al cuidado de su actual marido permaneció mi antigua profesora Mirta Nuñez Díaz-Balart. Horas más tardes, cuando su madre recién había aterrizado en tierras cubanas, tuvo que telefonearla para anunciarle la muerte de su actual marido. Una historia trágica, como lo fueron aquellos largos meses en los que inicié el camino de regreso a ninguna parte, los estadios gritaban llenos y tú colgabas el cartel de no disponible junto al de no hay billetes, como si los sentimientos se pudieran comprar o se eligieran. A Fidel, como antes a otros líderes políticos, se le ha acusado de ser demasiado mayor para liderar Cuba. Pero yo opino que la edad no está reñida con las facultades ni las aptitudes personales. Así descubres como Giulio Andreotti, más conocido como Belcebú (sobrenombre que acuñó su rival, y luego aliado, el socialista Bettino Craxi) está a punto de cumplir 90 años sin remordimientos y manteniendo aún una intensa actividad pública. Este hombre ha sido todo, y elevado a la enésima potencia. Siete veces primer ministro, ocho ministro de Defensa, cinco veces de Exteriores, en tres ocasiones ministro de Administraciones Públicas, dos veces ministro de Finanzas, otras dos de Industria y una vez ministro de Economía, de Interior, de Cultura y de Políticas Comunitarias. Andreotti es toda una leyenda, la encarnación viva de la política italiana del último medio siglo. Belcebú ha mantenido relaciones sombrías con la logia masónica P2, con la Cosa Nostra y con el Vaticano, además de negarse a negociar con las Brigadas Rojas cuando secuestraron a Aldo Moro, a lo que los terroristas respondieron asesinando al político democristiano. También Andreotti ha sido procesado en dos ocasiones por asociación mafiosa y por su posible implicación en el asesinado del periodista Mino Pecorelli. No hay más que echar un vistazo al retrato que se hace de Andreotti en la aclamada película Il Divo, de Paolo Sorrentino, para darse cuenta de que la sombra de la sospecha continúa extendiéndose sobre él. En el otro lado de la balanza está Jon Favreau, un joven que ha enamorado al mundo con su pluma. Detrás de ella están muchas de las palabras con las que Obama ha logrado inspirar a millones de personas. Con apenas 27 años, Favreau es el director de sus speechwriters (redactores de discurso). Se licenció en Ciencias Políticas, pero muchos se refieren a él como el poeta porque creen que aporta lirismo al mensaje político. Jon Favreau comparte nombre con un actor de Hollywood y, aunque no tienen relación familiar alguna, su historia sí tiene tintes de guión cinematográfico. Como el proceso de desarticulación de IU. Promete un final emocionante. Pasen y vean. Quizá, todo acabe de forma muy diferente al guión que escribiría para el caso un comunista comprometido como mi paisano Antonio Márquez, aunque sus camaradas se convirtiesen en sus máximos detractores cuando Márquez habló en pleno franquismo de acercar posturas. Lo dijo un hombre que se casó con Margaret Logan, nacida en la casa del presidente Roosevelt, de cuyo padre era asesor. Márquez no escribirá ese guión. Pero en su día tradujo a su amigo Ángel Valente al inglés y apareció como la protagonista de La Inquisición, la obra de Fernando Arrabal. Arrabal refugió el personaje de Márquez en Nímive, una mujer, porque así disimulaba mejor. Como también debió refugiar su vida en EEUU, donde los sueños se cumplen, si no díganselo a Obama. Como IU busca refugiarse en Cayo Lara y en sus tesis más clásicas, las del comunismo. Creen que así se sobrepondrán a un abismo que les succiona a pesar del millón de votos. ZP les abre las puertas de Ferraz para que, como Antonio, tengan un lugar donde refugiarse. Al fin de cuentas, seguirán a la izquierda de la izquierda. Y lo que hace hoy por hoy IU, sólo es disimular que están a la izquierda. Su opinión de la izquierda es tan volátil que cuesta creerles.

12 enero 2009

KELEVRA

No hay idología que no se haya sensibilizado con el pueblo palestino estos días de drama y miseria globalizada. Así, la señora Buffet (secretaria general del Partido Comunista Francés) y el señor Besancenot (líder de la Liga Comunista Revolucionaria) tras un largo y abrupto periodo de distanciamiento, se unieron en la cabeza de la manifestación contra la operación israelí en Gaza celebrada en París. A ellos unió su voz Jean - Marie Le Pen, líder de la ultraderecha francesa. Algo similar sucedió en otras capitales europeas, excepto en Madrid, donde el PP aún no se ha pronunciado sobre el desproporcionado ataque hebreo. Pero estas marchas no pararán las bombas y los sufrimientos de los palestinos, que desde la finalización de la II Guerra Mundial vienen padeciendo la usurpación de su territorio en contrapartida de la causa hebrea, a los que se ha hecho mártires desde que sufrieron el Holocausto, según Musa Amer Odeh, el representante palestino en nuestro país. El diplomático palestino califica de "crimen contra la Humanidad" las actuaciones del gobierno judío, que en esta nueva ofensiva ya ha asesinado a un millar de palestinos, por lo que se está, dice Amer Odeh, persiguiendo a un pueblo. Se hace desde que se inventaron ese absurdo compromiso que es la Declaración Belfour. En 1917, el entonces ministro de Exteriores británico, Arthur Belfour, declaró su apoyo a la instalación de un Hogar Nacional Judío en Palestina (bajo protectorado británico), a pesar de que años antes, en 1905, siendo primer ministro, se opuso a la inmigración judía en Gran Bretaña. Desde entonces muchos han sido los pasos dados y todos hacia la misma dirección: hacia la integración de los judíos en una tierra que no les pertenece. Primero con milicias como Haganah, un brazo armado de la Agencia Judía, responsable de atraer judíos a Israel. Y luego con los kibbutzim, colonias agrícolas de orientación socialista a las que perteneció, entre otros, Isaac Rabin. El número de judíos en tierras palestinas se estableció en un número determinado (en torno a unos 50.000), pero la cifra creció debido a la persecución de los hebreos por la Alemania nazi. Años más tarde, los británicos vieron amenazada su hegemonía en la zona porque el número de ciudadanos árabes aumentó debido a los altos índices de natalidad y a la inmigración. Para contener esa amenaza, a principios de los años 40 comenzaron a vender la moto de crear dos estados independientes en Palestina. Así, comenzaron a llegar judíos en masa a la zona y a comprar, con dinero recaudado en colectas, tierras palestinas a los árabes de Beirut o París, a quienes bien poco importaba la suerte de sus arrendatarios: los fellahin o campesinos palestinos. La intensificación de los combates anti-británicos supuso que Londres sometiera el problema palestino a Naciones Unidas en noviembre de 1947. Un comité especial recomendó la creación de dos estados, quedando Jerusalén bajo autoridad internacional. Ambas partes aceptaron la propuesta. La Guerra Fría y un cúmulo de situaciones fue decisivo para la creación de Israel, mientras el Estado palestino quedó siempre en el olvido, o en el descuido. Las milicias sionistas comenzaron a expulsar en masa a los palestinos de las grandes ciudades y de las tierras que habían trabajado en el campo. Bajo el argumento de un ataque árabe, las milicias judías perpetraron en abril de 1948 la horrible matanza de Deir Yassin, una aldea donde todos los habitantes fueron asesinados por Irgun, un grupo extremista dirigido por Menahem Begin. Un mes después, el Alto Comisionado inglés se retiraba de Palestina y David Ben Gurión proclamaba el Estado de Israel. Los ejércitos de Jordania, Siria, Egipto, Iraq y Líbano atacaron de inmediato. La guerra terminó en enero de 1949 e Israel obtuvo un 40 % más del territorio del que se le había otorgado en el plan de partición. Comenzó entontes un periodo negro que continúa hasta nuestros días. De nada valen las numerosas resoluciones ni las buenas intenciones de la comunidad internacional. A cada ataque terrorista desde Gaza o Cisjordania le sigue una respuesta indiscriminada del ejército judío, porque quien la padece es la población civil. Otras veces los gobernantes hebreos deciden atacar porque las encuestas en intención de voto les son contrarias. En otras ocasiones ni siquiera existe una excusa. Ahora quizá sí. Una de las lógicas que explica la ofensiva israelí en Gaza, según los expertos, es la voluntad de Tel Aviv de asestar un duro golpe a Hamas antes de que el presidente Bush abandone la Casa Blanca. Pero a pesar de su actual silencio, el establishment israelí no debería temer la llegada de la nueva Administración, pues todo parece indicar que también va a encontrar en Obama un aliado. Entre las señales que deberían aliviar inquietudes figura el nombramiento de Hillary Clinton como secretaria de Estado. Hillary no sólo cuenta con una impecable hoja de servicios a la causa israelí como senadora, sino que fue quien utilizó una mayor dureza en la campaña electoral al referirse al régimen iraní. Para AIPAC, el lobby israelí por excelencia, Hillary era su favorita a la presidencia de EEUU. Pero quien mayor confianza genera es el jefe de Gabinete de Obama, Rahm Emmanuel, pues su vinculación con Israel es personal y directa. Su padre nació en la Palestina aún ocupada por los británicos y fue miembro del Irgun, ese famoso grupo terrorista que culminó la atrocidad de la matanza de Deir Yassim y que cometió el atentado en el Hotel Rey David, en el que murieron 91 personas. Incluso Obama tuvo que retractarse de la frase "nadie ha sufrido tanto como el pueblo palestino", para acabar explicando que en buena parte, la causa de ese sufrimiento eran las decisiones de los líderes palestinos. Pero su matización no fue suficiente y Obama se pasó el resto de la campaña lanzando guiños a Israel y al lobby judío. Así resulta que Ehud Olmert, primer ministro israelí, puede presumir de haber conseguido que EEUU se haya abstenido en la votación de la ONU para exigir un alto al fuego en Gaza. Lo hizo telefoneando a Bush mientras éste daba una charla en Filadelfia. Lo sacó del atril, le hizo ir a otra habitación y le espetó un "no puedes votar la resolución 1860 de Naciones Unidas". Bush respondió desconocer el contenido, pero maniobró para que Condoleezza Rice no votara a favor, como pretendía. La secretaria de Estado recibió la orden y quedó tan avergonzada que se abstuvo. Rice callaba mientras en las marchas europeas se escuchaba vociferar "muerte a los judíos", un odio hacia el pueblo hebreo que siempre ha existido, quizá, sin razones, sin fundamentos. En Palestina se sienten respaldados por la comunidad internacional, pero también están angustiados porque las soluciones nunca llegan. Por una parte, se obligan a la resistencia (piedras contra tanques), a la venganza y a la reconquista. Estos días, cuando las bombas les dejan y ante la imposibilidad de encontrar ayuda humanitaria porque los judíos truncan todos los envíos, salen a la calle y deambulan por ella vociferando una insulto que a veces se convierte en consigna: "kelevra", que significa perro judío. Por otra parte, se obligan a la moderación y con una admirable sangre fría, intentan preservar las oportunidades de cohabitación del mañana. En la televisión nos han bombardeado estos días con imágenes de la inclusión del ejército israelí en Gaza, o bien de los bombardeos que está padeciendo la ya sufrida población civil palestina. Mientras, los gobiernos del mundo y los representantes de la ONU hacen el paripé. Cuando un deportista opta por no quedarse parado ante tales injusticias, entonces si aparece el político de turno para castigar firmemente los desmanes y la desmesura de su mensaje, como si las palabras o los gestos dañaran más que las bombas. Y así sucederá que Fréderic Kanouté, delantero del Sevilla FC, tendrá que pagar una sanción de 3.000 euros por inmiscurse en un tema político. Pero claro, aún hay quien no sabe diferenciar entre poder y humanidad.

08 enero 2009

LLUEVE SOBRE GAZA

El 25 de junio de 2006, un comando de los Comités Populares de la Resistencia abandonó la franja de Gaza a través de un túnel, mató a dos soldados y secuestró a un tercero en el puesto militar hebreo de Kerem Shalom. Este hecho desencadenó la furia del primer ministro israelí, que ordenó iniciar la operación Lluvia de Verano, una cruenta incursión militar en la que perecieron varios cientos de personas, la mayoría civiles. Testigo directo de ello fue Hernán Zin, un periodista argentino que permaneció durante dos meses en Gaza cubriendo los hechos. Recogió el testimonio de las víctimas, sufrió junto a los habitantes de la franja la falta de suministro eléctrico, de agua, alimentos y medicinas, en lo que la ONU ha calificado como "la peor catástrofe humanitaria" que jamás ha padecido la región. Fruto de aquellas miserias nació Llueve sobre Gaza, una recopilación de todas esas vivencias, narradas desde la perspectiva del observador que, pese a haber visto muchas cosas, no termina de comprender el porqué del horror de la guerra. Desde hace 13 años, Zin se dedica a recorrer el mundo para realizar documentales, escribir reportajes y libros, centrando siempre su labor en los colectivos más desprotegidos, en dar voz a quienes se encuentran en el último peldaño de la escala social, realizando un periodismo de a pie, junto a la gente. Yo siempre he creído en la labor social del periodismo. Y pienso en cómo podría yo realizar la misma función que Zin sin alas, coartado aquí en una triste oficina que pronto echaré en falta porque seré un número más en las lista de desempleados, que en enero ya supera los tres millones de personas. Sólo el mar ofrece una salida, o esa es la esperanza que Zin otorga a los palestinos en el primer capítulo del libro. Para ello utiliza la metáfora de las olas del Mediterráneo. Así de implacable es el castigo colectivo impuesto por Israel a Gaza, como las olas que rompen con furia en la playa. Toman altura, avanzan y se precipitan en la arena. Su ahogado clamor oculta el sonido de los tanques que esta mañana han comenzado a disparar sus obuses contra los pueblos del norte de la franja de Gaza. Durante unos segundos me olvido del dolor, la rabia y la muerte que nos rodean. Una vez más me digo que éste podría ser un lugar de extraordinaria belleza. Y te imagino corriendo por estos prados, más verdes, más alegres. Observo la arena reverberante de luz, el cielo azul, límpido, surcado de nubes blancas. Siento la brisa cargada de sal y humedad que emana del mar. Sólo es una tregua momentánea, ilusoria. Cuando los aviones no lanzan sus misiles y los tanques dejan de disparar, la escasez de agua, de electricidad, de alimentos y medicinas, la brutal miseria se encarga de recordarnos que más allá de las fronteras de esta estrecha porción de tierra hay alguien que ha tomado la decisión de vengar una afrenta. Sólo el mar Mediterráneo ofrece el vago espejismo de una salida, de una escapatoria. Quizá debido a que su vasta presencia habla del paso del tiempo, de los hombres que a lo largo de los siglos fatigaron sus aguas pletóricos de sueños, de nostalgias, de anhelos de poder. Tarde o temprano, todo pasa. La vida misma es una experiencia efímera. Y el amor. Como dice el poeta, el desamor forma parte del amor, como la muerte forma parte de la vida. Está pasando. Y cada segundo que pasa es como una eternidad que se escapa, una oportunidad perdida de lanzarse a ese mar que todo lo arrastra, o eso pensamos. Mientras las bombas siguen recordando en Gaza el poder del vecino hebreo y matando a inocentes en una respuesta militar desmedida (poco o nada sufrirá Hamás el ataque), en Madrid, ZP otorga su apoyo al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. La ofensiva cumple hoy 13 días. La tragedia se ha llevado cientos de vidas de inocentes y el esfuerzo de todo un pueblo: instituciones, universidad, colegios y hogares han sido destruidos. Para Israel, cada víctima caída es un escudo humano de Hamás, un terrorista vestido con ropa de civil. Para la perversión de las mentes políticas no hay remedio posible. Seguirá lloviendo sobre Gaza aunque Obama haya propuesto una fuerte intervención en la economía para evitar una recesión de años en plan estrella. Promete una revisión de la regulación de los mercados y actuar contra los temerarios y codiciosos que actúan en Wall Street. Y se olvida una vez más de la gente por la que será investido el próximo día 20 presidente de EEUU. Comienza dándole la espalda al pueblo, a la política exterior y a la razón. No hay nada más temerario y codicioso que cultivar y regar con bombas los terrenos de la miseria. Unos terrenos que por derecho, quizá si por la fuerza, no pertenecen a Israel.

03 enero 2009

LAS TABLAS DE LA LEY

Aquel verano queda ya muy lejos. Cuando lo recuerdo, siempre echo de menos algún detalle de aquellos días. Acababa de terminar segundo de periodismo en la facultad. Había intentado acceder a un trabajo en una radio que iba muy acorde con mis ideales, pero quizá mi acento andaluz, quizá una mano inocente, quizá el destino, o un poco o nada de todo, me dejó colgado en el abismo, así que llené la maleta con mis exiguas posesiones en la capital y me dirigí de nuevo al sur. De camino a casa, con todo un verano por delante y la fugacidad latente de los 20 años, recibí una inesperada llamada telefónica de una señora que decía llamarse Paloma. Y así comenzó mi relación con la Agencia EFE, que ahora cumple 70 años. Siete décadas informando en las que ha pasado de la máquina de escribir a la más novedosa y precisa de las tecnologías. Llegué a la que hoy es la cuarta agencia de noticias del mundo, la primera en lengua castellana, de la mano de mi profesor José Ángel Castro Savoie. Poco después de mi llegada, José Ángel dejaría de ser director de la agencia para ocupar la jefatura de la sección de Reportajes, donde meses más tardes recalé. Todo periodista debería haber pasado alguna vez por esa casa, donde cada rincón es un trozo de historia. Dicen que EFE nació en la ciudad de Burgos en 1939 en medio de una tempestad de balas y como voz oficial del franquismo. En realidad, el origen de EFE hay que buscarlo mucho más atrás en el tiempo, concretamente en 1865, fecha en la que nace el Centro de Corresponsales promovido por el periodista Nilo María Fabra. Fue ésta la primera agencia de noticias que existió en España, germen de la posterior Agencia Fabra. EFE abrió en 1940 su primera delegación. Fue en Barcelona. Lo señalo porque en la actualidad sería impensable, ahora son momentos de palabras cruzadas, de letras revólver y colegios que se miran el ombligo por decisiones político - nacionalistas. Todo lo contrario a la Cataluña actual sucedió en la década de los 60 en América, donde EFE fue introduciendo sus servicios bajo el lema El idioma nos une. La renovación tecnológica vino después, pero no de golpe. Yo fui testigo. Hoy, la agencia que me formó para la profesión (y para la vida) está presente en 181 ciudades de 120 países; cuenta con una plantilla de 3.000 profesionales de 60 nacionalidades; distribuye tres millones de noticias al año a través de diferentes soportes y suministra información diaria a más de dos millares de medios de comunicación en todo el mundo, ya sea en castellano, portugués, inglés, árabe o catalán, idiomas que utilizan los redactores de la agencia. Pero, EFE no sólo se ha encargado durante estos 70 años a contar noticias. Según el periodista Víctor Olmos, la agencia ha contribuido también a "difundir una mirada española del mundo". Ahora, la mirada española, también la del resto del mundo, se centra en la destrucción de Gaza y el terrible holocausto contra el pueblo palestino. Nadie alza la voz para defender a esos pobres inocentes del ataque de las bombas. Allí, bajo el fuego y los escombros en los que se sumerge la franja, están los periodistas, una profesión que también soporta los proyectiles de una guerra, ésta aún más cruda: la del capitalismo, que arrasa como un lobo feroz lo que encuentra a su paso. Allí, en Gaza, decíamos, también están los periodistas de EFE para trasmitirnos lo que sucede en un lugar remoto donde parece que llevan toda la eternidad matándose. La agencia no había nacido aún para informar sobre los primeros conatos de revuelta antisionista de comienzos del siglo XX, cuando Palestina aún pertenecía al Imperio Otomano y el poeta Nazim Hikmet era aún un niño que aprendía a escribir en la entonces también otomana Salónica. Desde entonces, la violencia en la zona no ha cesado. En los años 20 y 30, se agravaron bajo el mandato británico. En 1948 se fundó el Estado de Israel y se desató la primera guerra de Oriente Próximo. En 1967, el Ejército hebreo ocupó Cisjordania y Gaza, además del Golán sirio y el Sinaí egipcio. En 1988, la OLP reconoció a Israel nada más desatarse la primera Intifada. Explotó otra en el año 2000. Pero si se escucha esto días a los líderes políticos israelíes, da la impresión de que el conflicto comenzó en septiembre de 2005, cuando un general israelí cerró el candado en el paso de Kisufim, en la frontera con la franja, tras la evacuación de los colonos. "Nos retiramos de Gaza y como respuesta nos disparan cohetes". Es el discurso que los dirigentes hebreos repiten hasta la saciedad. Pero la realidad es distinta, y de advertirlo no se encarga EFE ni ninguna agencia o ente político del mundo: Israel sigue siendo la potencia ocupante. A la franja no se le permite abastecerse de cuadernos para las escuelas o de agujas para coser. Tampoco de gasolina o de materias primas imprescindibles para el desarrollo de cualquier economía. Los pesqueros sólo faenan a tres millas de la costa. Además, nadie (estudiantes extranjeros, enfermos que no pueden ser tratados allí...) abandona el territorio sin permiso israelí. Y, ya vemos estos días lo evidente: quien controla el espacio aéreo. Ni el robo de las tierras para la colonización judía ni la construcción del muro se han detenido. Tampoco los controles militares y los cortes de carretera, que crecen por mucho que florezcan procesos de paz. Los muertos, inocentes o no, ya no interesan a nadie. Mientras Gaza yace, la ONU y numerosos países se marcan como objetivo el cese de las hostilidades (de los ataques de las milicias hebreas, más bien). Y lo hacen con bellos discursos, con imágenes cargadas de sensibilidad y simbolismo, con propósitos alentadores. Pero todo sigue igual desde ese lejano 1948: días de violencia inusitada, cazabombarderos y artillería machacando sin contemplaciones. Aunque para Ehud Barak, ministro de Defensa israelí, "Israel es un Estado que busca la paz". Lo repiten desde hace décadas los ministros hebreos. Lo afirmó Isaac Shamir hace más de 20 años. No cederemos, dijo, ni un centímetro de tierra. Una paz sin concesiones. La misma que una mitad de España sigue pidiendo tres décadas después de la muerte de Franco. Sus parientes cercanos siguen durmiendo cada noche fuera de casa, en un lugar lúgubre, en mitad de una carretera o de un paraje inhóspito, y en ocasiones hasta en un lugar desconocido. Piden justicia. Cuando leen las crónicas que el periodista de EFE hace desde la franja de Gaza, el cielo, como a los palestinos, se les cae a pedazos. Pasan los años y descubres que cualquier intento de mejorar fue sólo una utopía. Y piensas en el breve tiempo que te queda sentado frente a este maldito ordenador, el mismo que te da para llevarte un triste trozo de pan a la boca. Y a veces, ni eso. Pero te consuelas pensando en el camino recorrido y en que los niños palestinos nunca tendrán esas mismas oportunidades. Te lías la Kuriya al cuello y esperas que pase la tempestad mientras observas como nada ha cambiado con el nuevo año, excepto la normativa vaticana. El Papa ha entrado en 2009 con fuerza al dejar sin efecto el Tratado de Letrán (firmado en 1929), por el que se aplicaba en el Vaticano el ordenamiento jurídico italiano de forma automática. El anuncio se hizo por sorpresa el pasado 31 de diciembre en un artículo publicado en el diario L´ Osservatore Romano por el presidente de la Corte de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el español José María Serrano Ruiz. Al conocer la noticia, el ministro italiano para la simplificación legislativa, el siempre polémico Roberto Calderoni, se quejó que el Vaticano no hubiese hecho este cambio cuando gobernaba la izquierda. Pero parece que la decision de Benedicto XVI está motivada por la reciente decisión del Tribunal Supremo de Italia de permitir que se deje de alimentar a la joven Eluana Englaro, en coma desde hace 16 años. Para los analistas vaticanos, la decisión del Estado pontificio responde a hechos como la legalización del divorcio. Y también como medida preventiva, al adelantarse a futuras leyes sobre la familia o al reconocimiento de las parejas homosexuales. Sería bueno que así fuese, de esa manera la antigua senadora comunista transexual y defensora de los derechos de los homosexuales, Vladimir Luxuria, no tendría que participar (y ganar) reallyties ni convivir en una isla de falso famoseo alejada de toda civilización para demostrar a toda Italia que los homosexuales existen en ese país y que también sienten y padecen. Quizá en Palestina, muchos se matarían por sacar un billete a ese lugar alejado de toda civilización. A veces es mejor perderse. Carecer de leyes. O mejor, de noticias. Eso, ya que uno no puede borrar su historia y sus debilidades.

02 enero 2009

NUEVOS RETOS

"Pérdoname por ir así buscándote tan torpemente" (Pedro Salinas)

El cruce fronterizo de Erez se ha vuelto a abrir este viernes. No, no se han detenido los ataques en Gaza. Tampoco se abre para suministrar víveres y medicinas a la población. Los únicos que han pasado por Erez han sido los 400 extranjeros que viven en la ciudad. Un número algo inferior a las víctimas mortales que ha dejado ya este nuevo abuso de poder. La historia de la confrontación entre israelíes y palestinos vuelve a ofrecernos un nuevo episodio de la célebre batalla bíblica entre David y Goliat. Pero en esta ocasión, la batalla no tiene final ni el ganador es el más débil. Muchos israelíes tienen la sensación de que los muros (y la Historia) les tienen encerrados dentro de su Estado a los 60 años de su fundación, la misma sensación que ya tenían a principios de junio de 1967, justo antes de que Israel desencadenara la Guerra de los Seis Días y destruyera los ejércitos de Egipto, Jordania y Siria en el Sinaí, Cisjordania y los Altos del Golán. De nada han servido estos más de cuarenta años de balas y bombas cruzadas. Todo sigue igual en esa parte del mundo. Como igual sigue en esta otra. Las taciturnas esperas, las ausencias interminables, los deseos volátiles, las enfermizas ilusiones... Te das cuenta que pasa el tiempo y de que no eres nadie, pero que has sido todo. En estos días de agudizada reminiscencia recuerdas a quienes ya no están, a quienes te vieron crecer, a quienes viste envejecer... a los que no. Recuerdas como dejaste por primera vez tu hogar para buscar un futuro mejor y como ese futuro jamás llega. Recuerdas el llanto de los que te quieren cada vez que partes, o cuando vuelves. Y te recuerdas a ti mismo mirando diferentes paisajes de camino a Madrid por la ventanilla de un tren a más de 200 kilómetros por hora. Tienes ganas de llorar, pero no lo haces. Hay períodos en el año en los aflora la nostalgia. Éste es uno. Termina un año y es como si terminara una vida. Crees que lo que queda atrás está muerto, muerto para siempre. Pero no. Los recuerdos vuelven, te atrapan. Te ahogan. Son el peaje que tienes que pagar. Da igual que sean tiempos de crisis o no. Estos días, la sociedad americana volverá su mirada hacia la toma de posesión del Presidente Roosevelt. Más recuerdos, porque ahora, como entonces, el sistema bancario está en quiebra. El país siente que sus instituciones no sólo le han fallado, sino que incluso les han estafado, igual que en 1933. Hoy, la tasa de paro en EEUU no llega a la tercera parte de la que había cuando Roosevelt juró el cargo. Sin embargo, en estos momentos el país viveVmarcado por dos situaciones que muchos ciudadanos juzgaban inevitables: la llegada de un negro a la Casa Blanca y la suspensión de pagos de General Motors. La crisis de General Motors simboliza el reto de Obama: salvar a EEUU y preservar su fuerza económica, que es la clave de su poder político en el mundo. Y eso exige modernizar el legado de Roosevelt. Pero Obama no puede, ni quiere, reinventar EEUU (como yo no quiero reinventar el amor a pesar de tu ausencia). El New Deal de Roosevelt fue una amalgama de políticas basadas en incrementar el peso del Estado en la economía, para lo que se siguieron las teorías del economista británico John Keynes, y de armonizar la actuación de los agentes sociales. Para ello el entonces Presidente jugó muchas bazas. El llamado primer New Deal, lanzado justo después de su jura del cargo, tenía elementos del fascismo italiano, con su búsqueda de la cooperación entre sindicatos y empresas. El segundo New Deal, que llegó en 1936, tenía clara influencia socialista, al promover la afiliación obligatoria a los sindicatos y lanzar una masiva oleada de obras públicas para industrializar desde arriba. Obama, con su plan de inversiones masivas en infraestructuras, propone un pequeño New Deal. Pero el país que va a gobernar es diferente al que heredó Franklin Delano Roosevelt en 1932. Mientras tanto, en España, el Banco Central y el ministro de Economía, Pedro Solbes, anuncian la recesión que sufrimos. La subida del precio de los servicios me ha pillado por sorpresa, toda vez que suben muy por encima del IPC. Y mientras tanto, se siguen barajando nuevos modelos para la financiación de las comunidades. Parece que el Estado va a ceder hasta el 50 % del IRPF y de los impuestos especiales a los gobiernos regionales, aunque ya veremos como al final faltará dinero para abordar, por ejemplo, la Ley de Dependencia, a cargo de las comunidades. Siempre pagan, pagamos los más pobres. Ya no habrá Impuesto de Patrimonio. Ganan los ricos, otra vez. En la vida real suele vencer Goliat. Al menos comienza un nuevo año y con él llegan nuevos retos. Entre ellos está el de cerrar una herida que ya no sangra, pero que sigue viendo pájaros donde no los hay. Y como no, no seguir siendo tan torpe a la hora de buscarte. En 2009 las palabras se convertirán en una esperanza que se llevará el viento... o que dejará aquí, recostada junto a los demás recuerdos. Las bombas siguen cayendo en Gaza. Pero no destruyen los recuerdos. Quizá haya una forma mejor de solucionar los problemas.