Mucho se ha escrito y dicho sobre el día siguiente a la muerte de Fidel, mucho más ahora que por primera vez en casi 50 años el líder "revolucionario" delega el poder en el número dos del "régimen", su hermano Raúl. Pero, en realidad, todo son puras y simples predicciones. Nadie puede conocer el futuro que le espera a la isla. Desde La Habana, el buró político asegura que a Fidel aún le queda cuerda para rato. Quizás sea verdad si atendemos al pasado. Un ayer marcado por la dificultad a seguir adelante del "régimen" que también padeció el mismo Fidel con varias decenas de atentados fallidos contra su persona. En todas salió adelante y ahora, él mismo es su peor enemigo. Las alarmas se encendieron el pasado 1 de junio de 2006, cuando se reunió por primera vez en 47 años el Pleno del Comité Central. Allí se dieron a conocer los nombres de las 12 figuras que integran el poderoso órgano del Secretariado. Formado por los dirigentes "históricos" como Fidel Castro y su hermano Raúl, son mayoritariamente representantes de la tercera generación pos revolucionaria, con una edad que oscila entre 40 y 50 años. Es esta novedosa restitución del poder institucional del PCC lo que reforzó la creencia pública de que Fidel estaba enfermo, muy enfermo. Pero lo que menos desearía el líder cubano es abandonar el Gobierno de la isla mientras exista la Administración Bush. Para Fidel, el gran reto político se encuentra en aunar políticamente una zona geográfica, en hacer realidad una América Latina integrada e independiente de EEUU. Cuba, sabemos, es un lugar a explotar (por recursos) y una magnífica posición geo-estratégica. Por ello en ella confluyen multitud de intereses. Que nadie se engañe, Raúl Rivero, gran azote de Fidel Castro y disidente, no sólo busca un futuro mejor para la isla (que también), sino posicionarse lo más cerca de la "pole" el día que Fidel falte. Otros de los que buscan su sitio es el Gobierno de EEUU, que lleva decenios subvencionado la disidencia interna y que en 2003 constituyó una Comisión con la intención de preparar la sucesión de Fidel. Y más recientemente, aupado por los soplos que auguraban un próximo fallecimiento del líder "revolucionario", anunciaba ayudas económicas y "recomendaciones adicionales" para el después de Castro. Fidel Castro, el hombre, está enfermo. En la lejanía, un susurro de intenciones preparan "su ausencia" del poder en Cuba. Toca esperar. El único fin que verdaderamente desean los cubanos es "construir" su futuro libremente, sin perturbaciones externas. Nadie desea construir su casa en el porche de su vecino...