15 agosto 2006

GRASS HACE CAJA

Günter Grass, ese gran escritor teutón que tan crítico se mostró en sus obras con el nazismo, que dibujó con tanto éxito la vida en la Alemania de los años 30 y 40, siempre escondió un secreto maléfico. Y lo hacía midiendo los tiempos, sin dar pistas, esperando a publicar su verdad en el instante preciso. Que mejor instante que éste, justo cuando sale a la venta su autobiorafía, "Pelando la cebolla". Grass acaba de contar su secreto: en 1944, con tan sólo 17 años, entró a formar parte de las temidas Waffen SS nazi. Perteneció a ella hasta que fue detenido por el Ejército de EEUU en plena II Guerra Mundial. Pero Grass insiste en que jamás participó en un crimen.
Su anuncio, en el plano ético y moral, se ha hecho seis décadas tarde para indignación de los que veíamos en él un ejemplo a seguir. Lo cierto es que el autor de "El Tambor de Hojalata" no ha podido darle mayor y mejor publicidad a su nuevo libro, cuya salida al mercado se produce dos semanas antes de la fecha prevista. Eso, por no contar el estruendo que su confesión ha causado en los medios de comunicación, no sólo germanos, sino internacionales. Grass acapara portadas e invitaciones a programas de televisión. Su historia interesa y el escritor lo sabe. Ahora, los boquiabiertos lectores nos preguntamos por qué ha escondido tanto tiempo su secreto, por qué lo anuncia ahora y, sobre todo, si Grass sigue siendo ese hombre de conducta pausible y recta moral de antaño o si, por el contrario, ha dejado su idealismo para llenarse los bolsillos. Tal y como están las cosas, Grass comienza a recibir críticas e incluso piden que le retiren el premio Nobel y el Príncipe de Asturias. Hay que tener en cuenta que Grass era un adolescente cuando fue llamado a filas por las SS, que durante mucho tiempo ha demostrado un fervor por los derechos humanos y que siempre ha estado en contra del nazismo. Quizá todo esto le ayude a recuperar su imagen. Mientras eso sucede, para muchos el anuncio es la ocasión propicia para "hacer caja". Para otros, el alemán se trata de un ser indeseable que ha guardado silencio mucho tiempo y que, cuando finalmente ha hablado, lo ha hecho por interés personal. Y es que la caja vende el alma y los secretos más recónditos al mejor postor. Ahora solo nos toca esperar y observar si la nueva agrecienta al autor o, si por el contrario, Grass cae al agujero de la ignonimia devorado por las oscuras fuerzas del pasado.Todo es posible hoy en día. Incluso, hasta que el gran Günter Grass pertenezca a las Waffen SS.