Hacía ya más de 20 minutos que había cesado la tormenta. Pero ella seguía sentada en el jardín de su casa esperando otra nube grisácea que le devolviera aquella sensación única que llega cuando menos te lo esperas. Había esperado durante meses. Y anoche, por fin, la televisión dió un parte de precipitaciones. Martina buscó desesperadamente su chubasquero, pero no lo encontró. La mañana siguiente estuvo todo el tiempo pendiente del cielo desde su ventana. Pero el sol brillaba allá arriba. A media tarde, cuando había perdido toda esperanza, un brusco sonido la estremeció en plena siesta. Había llegado lo que tanto esperaba. Y salió corriendo para darle la bienvenida. El agua caló su delgado cuerpo hasta los huesos. Sintió frío. Pero por fin, después de tanto tiempo, volvió a sentirte distinta, plagada de algo que tanto le gustaba. Era simple agua, sí, pero no un agua cualquiera. Su padre, que acababa de llegar del trabajo, vio toda la escena desde la ventana tomando un té caliente. No dijo nada. Creyó que a los jóvenes hay que darles su espacio, su libertad. Hace muchos años, en 2004, asistí en Madrid a una manifestación contra la pepera ley sobre la educación de la enseñanza. Hoy, esas imágenes han vuelto a mi retina al ver como miles de estudiantes (10.000 según las estimaciones) se manifestaban, por segunda vez en lo que va de curso, contra el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido popularmente como Plan Bolonia. Esta Europijada recoge, entre otros puntos, la desaparición de algunas carreras como las filologías. También que empresas privadas puedan gestionar centros públicos. Y yo no, no estoy dispuesto a consentirlo. Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí, para que todos (y todas) tengamos las mismas oportunidades, independientemente de nuestra raza, sexo, color, condición y, sobre todo, nivel de riqueza. Me niego. Y creo que el socialismo, y los socialistas, deberían alzar la voz y decir algo al respecto. Los jóvenes saben lo que les conviene, quieren su espacio. Vamos a dárselo. Apenas faltan dos meses para la ascensión del mesías Obama a la Casa Blanca. Esperemos que en ese tiempo a Bush no le dé por seguir hablando. Hoy lo ha hecho y ha vuelto a subir el pan: la crisis no es un fallo del mercado, ha dicho. Y se ha quedado tan pancho. Que se ahogue Bush. Otros nos estamos ahogando estos días con un cúmulo de sensaciones confrontadas. Son simples estados de ánimo, pero llegan muy adentro. Por un lado está el nacimiento de una sensación plácida, de vitalidad, de aventura. Por otro, la pérdida de personas que siempre estuvieron presentes en mi vida, como Trinidad o Antonio el Kaki. Veo pasar sus vidas y siento tener mucho aquí dentro para darte. Por eso creo que si Martina lo que quiere es lluvia, lo mejor que puede hacer es irse a Roma. Eso si su aerolínea no la deja en la estacada, como estos días le ha pasado a más de 1.ooo españoles en Ciampino, de vuelta a casa. Eso les pasa por no tener carné de moto. Y digo lo de Roma porque llover debe de llover mucho allí desde que yo no estoy. Julia Navarro empieza su libro La Biblia de Barro así: "Llovía sobre Roma cuando el taxi se detuvo en la plaza de San Pedro. Eran las diez de la mañana". Yo escribí hace años un relato con un comienzo similar. Por supuesto, no tenía la calidad literaria de la obra de Navarro. No le dí más importancia, pero cada vez que estoy contigo me quedo pensando por un momento en la ciudad mientras me hablas de las ganas que tienes de visitarla. Y es que a pesar de la lluvia, yo te llevaría volando, porque siento que contigo he recuperado esas alas que tanto echaba en falta. Has devuelto los colores a una vida plagada de tinieblas. Ya no te pido nada más. Bueno, lo que tú buenamente puedas darme. Los tiempos a tu lado son un regalo, una fiesta continúa. Y eso hace distinta mi vida. No pasa un día en que no aprenda algo nuevo a tu lado. Mira, ayer mismo hablábamos de lo que llegas a significar para mí. Te comparé con Némesis, esa teoría astrológica (aún debatida) por la que se cree que nuestro sistema solar es binario, oséa, que tendría dos soles y que si uno no va pues rompe el equilibrio del sistema y suceden cosas muy desagradables como la lluvia de meteoritos y eso. Pues bien, hoy unos científicos estadounideneses han anunciado que el telescopio espacial Hubble ha captado la primera imagen fotográfica con luz natural de un exoplaneta (que orbita alrededor de otro sol) a sólo 25 años luz de la Tierra. Si algún día la vida en este planeta se hace insoportable, yo no necesito de un sol alternativo bajo el que cobijarme. No es que me apetezca estar siempre en el jardín de casa calándome hasta los huesos como Martina. Es que te tengo a ti, que eres ese sol sobre el que giran mis días, mis pensamientos, mis locuras. Aunque a veces no estemos totalmente de acuerdo. Pero sabes que por tí llegaré al fin del mundo, vale la pena. ¿Que te parece desto, Sancho?, dijo don Quijote. ¿Hay encantos que valgan contra la verdadera valentía? Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible. Y para mí eso es decir Amén.