31 diciembre 2008

UN SEGUNDO MÁS

2008 tendrá un segundo más que cualquier otro año, lo cual servirá para ajustar el calendario al movimiento de la Tierra, cada vez más cansada. Y tenía que ser en 2008, nada más y nada menos. En un segundo pasan muchas cosas. De eso saben mucho Usain Bolt, que registró el record del mundo de velocidad en los pasados JJOO de Pekín. O el Niño Torres, que en un sólo segundo pasó de la ignonimia a la gloria al marcar el gol que valió la segunda Eurocopa para España. Lo sabe Oscar Pistorius, el atleta surafricano al que le faltan las dos piernas, que por menos de un segundo no logró la marca mínima para participar en los JJOO. También lo sabe Contador, que ya ha ganado las tres grandes vueltas ciclistas. Y también Nadal, o Michael Phelps, que en un segundo se juegan el infierno o la gloria. El año que termina ha sido exitoso para el deporte español, ensombreciendo así la crisis económica, social, moral, política y afectiva que padecemos. Se va un año que ha dejado abiertas multitud de heridas irascibles que ya nadie nunca podrá cerrar. Y ahora que llega el 2009 me propongo, como todos, una nueva vida. Los neurólogos explican que los cambios de nuestra conducta son un negociado que depende del córtex prefrontal y que cuando afectan a hábitos muy arraigados son lentos y trabajosos. Quizá esa sea la explicación por la que sigues ahí, martirizando mis días y mis noches, como un recuerdo diáfano al que ya no puedo abrazar ni susurrar palabras de amor, porque ha temido que los pájaros le impidan ser feliz con tanto ajetreo, con tanta partida hacia lugares remotos. Pero el "Paraíso Perdido nunca estuvo atrás. Quedó adelante", aseguraba Guillaume de Poitiers. Tengo claro que el que no arriesga no gana. En 2008 han caído, como árboles cansados, las tardes muertas en el laghetto EUR. Tardes de pizza compartida, de conciertos de Ligabue improvisados en la radio de tu Fiat Punto gris. Aquel coche que me llevó lontano una tarde de mayo, cuando me lanzaste hasta el abismo al abandonarme en aquel sombrío aeropuerto de Fiumicino, cuyo billete de partida aún mantengo y que hasta ahora es el último pasaje en avión para mis huesos. No soporto la idea de subirme de nuevo en uno de esos pájaros gigantes (compréndelo, a ti te daban miedo los pequeños) y enfrentarme a tus recuerdos. De enfrentarme a esta realidad que me pide que te quedes y que al mismo tiempo te odia. Un segundo cambia muchas cosas en la vida. Cuando descubrí aquella foto en el restaurante Mamma Mia de Teatinos, en Málaga, supe que nuestro tiempo había pasado, que ahora era el momento de mirar hacia delante. Ese será mi mejor propósito para el año que comienza. La foto en cuestión es "Una chica americana en Italia", captada por Ruth Orkin en Florencia, donde conoció a Jinx Allen, una estudiante de arte americana. Fue en un viaje veraniego por el país transalpino, tras una gira con la filarmónica de Israel, ese país siempre tan de moda. La imagen apareció por primera vez en 1952 en la revista Cosmopolitan, después de ser rechazada muchas veces por revistas similares. La fotografía retrata a una joven arrogante, resentida y con cierto orgullo vanidoso. Y es que ser una belleza en Italia durante el reinado de Silvana Mangano tenía que ser un triunfo difícil. La imagen también me recueda a un poema de Paul Blackburn llamado "The Once-Over", en el que se describe la tensión que genera la presencia de un pimpollo reventón en un vagón del metro en Nueva York camino de Brooklyn. En cierta medida, la foto es un símbolo de la ruptura que Orkin protagonizó con su entorno. Hija de actores, Orkin creció en Hollywood entre los años 20 y 30. Cuando en la década de los 40 llegó a ser la fotógrafa de la revista Life, documentó lo que veía desde su apartamento frente al Central Park.: el cambio de las estaciones observados desde su ventana. Y yo siento que esta estación de mi vida está pasando. Dicen que la vida cambia en un segundo. Yo he necesitado todo 2008 para organizar mis pensamientos, mis sensaciones. Aún así, quedan muchos frentes abiertos. Mientras siga sufriendo significará que existo. Porque hay cosas que nunca desaparecen. Como el eterno enfrentamiento entre ísraelíes y palestinos. Como tu recuerdo, que no se va ni con la desesperación de los tanques ni con la temeridad de las bombas. Gaza se somete a un nuevo infierno. Dante resumiría ese dolor en un segundo. Justo el tiempo que tardaría yo en borrar 2008 de mi mente. Pero resulta que la Tierra, como nosotros, envejece y este maldito año durará un segundo más. Lo que tardó Orkin en captar su famosa fotografía. El segundo que siempre nos faltó. Un segundo más. Sólo uno.

30 diciembre 2008

CARNE DE CAÑÓN

El Serrallo de Gaza, el edificio que en su día estuvo ocupado por militares británicos e israelíes, está en ruinas. Por sus largas galerías agrietadas aparece en ocasiones un fino halo de luz. Cuando lo descubro pienso que con el nuevo año encontraré esa luz. Y que será definitiva. Una sonrisa dibuja mi cara. Lo hace durante un tiempo breve. Ahí fuera las bombas caen como granizos. Pienso en los cientos de víctimas inocentes que sucumbirán bajo este nuevo y desigual ataque preventivo. Un bloque de la Universidad Islámica, varias mezquitas, el Ministerio del Interior, decenas de comisarías e instituciones que el Gobierno de Hamás ha ido construyendo paso a paso han sido derruidos por los bombarderos israelíes. Calla la comunidad internacional y calla Obama, que no se pronuncia porque EEUU sólo tiene un Presidente, George W. Bush. Sin embargo, Obama y los suyos sí se han manifestado en las últimas fechas sobre política fiscal, monetaria, sobre medidas sociales, sanidad, educación y otros temas de política nacional. Aún no ha jurado el cargo y ya empieza a oler a chamusquina. Tanto que estos días han comenzado a circular correos electrónicos de David Plouffe, director de campaña de Obama. Plouffe anima a conseguir un ticket para la historia. Con ello hace referencia al momento único que se vivirá el próximo 20 de enero, cuando el demócrata sea investido presidente. Me cuenta una amiga, que además de ello, Plouffe invita a hacer una donación de 5 o más dólares para participar en una especie de sorteo en el que los agraciados podrán conseguir un pase para ver la ceremonia. Mientras tanto, en Gaza seguirán muriendo inocentes porque, según ha dicho el Primer Ministro hebreo, Ehud Olmert, la ofensiva será larga ya que no concluirá hasta que se hayan logrado los objetivos. Los objetivos no son otros que terminar con las instituciones en las que los fundamentalistas hacen política. Su política. Fue en junio de 2007 cuando el grupo islamista Hamás se imponía a las fuerzas de Al Fatah del presidente palestino, Mahmud Abbas, tras una semana de enfrentamientos. Los muertos superaban el centenar. A los amigos musulmanes, entonces, se les escapaba de las manos el control de los palestinos. Observaron atónitos como Hamás volaba el muro de Rataf o lanzaba cohetes contra Israel. Porque a estos fundamentalistas poco o nada les preocupa su pueblo. Quieren imponer su ley y ocupar el poder. Ahora, con los nuevos ataques del ejército israelí, los líderes de Hamas se encierran en guaridas secretas, mientras la población civil sufre la cruzada hebrea. Y desde ese lugar seguro llaman a una tercera Intifada. Sin duda lo hacen porque ellos son maximalistas, porque para ellos el mundo o es su panacea coránica o es mejor morir. Una nueva Intifada tendrá como víctimas a miles de jóvenes palestinos: los llaman para ser carne de cañón. Así se pudo sentir durante mucho tiempo el empresario Teodulfo Lagunero, que durante el franquismo inyectó cientos de millones de pesetas al PCE. Me cuenta su sobrino como se sucedieron hechos como la entrada clandestina de Carrillo en España o cómo intimó con Neruda. Y es que no resulta fácil dilucitar si fue por estrategia o paradoja que el PCE en el exilio tuviese como topo en Madrid a un millonario. Eran años en los que Santiago Carrillo tomaba el té con el diablo en París y la Pasionaria jugaba al tute con Stalin antes de echar las cuentas del oro de Moscú. En el arranque de los 60, cuando la nevera, el Seiscientos y El Cordobés componían la santísima trinidad del falso progreso, en medio de un sueño de suecas y pelotazos inmobiliarios en la Costa del Sol, Teodulfo Lagunero, comunista, constructor, catedrático de Derecho Mercantil y abogado (por este orden) se abrazaba al poeta oficial del PCE, Marcos Ana, en la manifestación del 1º de Mayo en París bajo pancartas y banderas rojas adobasadas con los acordes rugientes de la Internacional. Unas horas antes, Lagunero se había apretado en el restaurante Maxim´s unas láminas de foie fresco con salsa de arándanos y esa noche, tras las obligaciones revolucionarias, volvía a ocupar su habitación del Hotel Hilton, con vistas al Sena, donde hacen la cama a plomada y las sábanas son de hilo. Hay ideales imposibles, igual que hay amores imposibles por mucha luz que penetre entre las rendijas de un edificio bombardeado. En conflictos bélicos, en amores desmesurados, o en crisis económicas como las que vivimos, por muchas soluciones que se busquen, por muchos discursos y buenas intenciones que se ofrezcan, por mucho, los sacrificados, los que sufren, siempre son los mismos. Soy consciente de que sólo soy un trozo de carne de cañón. Mas carne enamorada, que diría el poeta.

22 diciembre 2008

INTRODUCCIÓN AL CAOS

La ciencia clásica acaba donde el caos empieza. Mientras los físicos indagaron las leyes naturales, el mundo adoleció de una ignorancia especial en lo que concierne a los desórdenes de la atmósfera y del mar; a las fluctuaciones de las poblaciones de animales y plantas; y a las oscilaciones del corazón y el cerebro. Los antiguos griegos, que fueron los primeros en dotar de raciocinio las cosas que ocurrían a nuestro alrededor explicaron el caos de una forma muy particular: caos y divinidad se daban la mano en historias de dioses humanizados que fueron plasmados en los mitos. La poesía de todos los tiempos hizo referencia a ellos, y lo que ayer fue parámetro de cultura hoy es termómetro de vulgaridad. Por eso, en la canción de Extremoduro, Dulce introducción al caos, sólo aparece ese elemento inalterable e inalterado que todo lo envuelve: el caos, que es como una mirada presa en la cárcel de las ausencias. Se trata de una letra para una vida desahuciada, o para una historia que ha discurrido por el retrete las ilusiones que albergabas. Y ahora sientes que nada ni nadie podrá recuperarte de ese colapso sentimental por el que te has sacrificado. Como no sabes si buscar la respuesta en la ciencia o en la divinidad, te escudas en bellas letras que sabes que te afligirán y te seguirán aferrando a ese execrable vértigo que te atormenta. No tendrá solución a menos que te cojas en brazos y te lances a la vida en busca de fervor, Pizarnik dixit. Desde que las tormentas o las sequías no se explican desde una perspectiva divina, ya ves, nos ha ido peor. El avance de la ciencia nos ha descubierto lo minúsculos que somos y ha exacerbado nuestras ansias de saber, ser o tener. El mundo está contaminado y lo que no es material no nos vale. Lo veo en los ojos de los transeúntes que suben tras de mí en el autobús. La gente ha perdido la fe, y lo que es peor, la moral, que vale lo que un billete de ida a la vuelta de la esquina. Este significativo 22 de diciembre de un año sepultado en ruinas me ha reafirmado lo que ya sabía: somos algo o alguien mientras interesamos al próximo. Luego, que Dios se apiade de nosotros. Esta mañana, lo primero que hice al salir de casa fue mirar el cielo. Era azul, pese a todo este tiempo de vacilaciones. 2009 nos traerá los pájaros extinguidos. Mientras tanto, terminamos el calendario catapultados por alas socialistas, que han sido los más firmes al rechazar la Directiva de las 60 horas semanales de trabajo presentada en la Eurocámara. Ahora sólo falta que el Plan Bolonia sea derruido como los asentamientos palestinos en Gaza. Sin piedad, sin misericordia. Quien privatiza la educación hipoteca su futuro. Es una prueba más para demostrar que los nuevos socialistas no hemos perdido los viejos ideales. Nos quieren vender una Europa social, un continente amable que se apiada de los más necesitados y de los inmigrantes. Pero vemos como la Italia de Berlusconi, e incluso la Francia de Sarkozy, construyen paulatinamente muros sin cemento ni bloques, tan peligrosos y excluyentes como los ladrillos que los judíos apilan en la tierra que dominan. Grecia se ha convertido estos días, y desde la muerte a manos de un policía del joven Alexandros Grigoropulos, de apenas 15 años, en el foco de las reivindicaciones que los europeos, tan preocupados en tirar de la Visa y en comprar los regalos de navidad, deberíamos hacer. Ya hay quien compara el diciembre de 2008 en Atenas con el mayo parisino de 1968. Pero no, no nos confundamos. Europa se ha transformado en un lugar consumista y conservador, donde la izquierda saca en procesión al Cristo Redentor y el Ché Guevara se ha convertido en la imagen más rentable tras la Coca Cola. Como nuestro amor, como la Europa en la que habitamos, una sociedad abocada al caos, el comportamiento irregular de la naturaleza, su parte discontinua y variable, ha sido un rompecabezas a los ojos de la ciencia. La imagen que más ha contribuido a difundir la teoría del caos es el conocido efecto mariposa, que hace mención a la especial sensibilidad de los sistemas caóticos a las condiciones iniciales. La expresión hace referencia y viene a explicar que una pequeña perturbación del estado inicial de un sistema puede traducirse, en un breve lapso de tiempo, en un cambio importante en el estado final del mismo: "si agita hoy con su aleteo, el aire de Pekín, una mariposa puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene". Pero en el caos hay más que azar, el caos encierra en sí mismo una fina estructura geométrica, un orden detrás de la aparente casualidad. No es casualidad que Aguirre cambie la ley para hacerse con el control de Cajamadrid. No es casualidad que ahora, justo ahora, el Supremo consienta desmontar ANV y el PCTV. Ni tampoco que populares y socialistas anden zarandeándose para desequilibrar la balanza de la financiación autonómica. A los de ahí arriba, que dicen ser de izquierdas, les suena a chino eso de la solidaridad social entre territorios. Cerramos 2008 sumidos en un eterno caos que la ciencia no logra descifrar ni con hipótesis exactas. Cuando lo haga, nos salvará de tanto despropósito inmerecido. "¿Cómo quieres que escriba una canción si a tu lado no hay reivindicación?", sonó apabullante en la radio. Me conformé con escribirte esta amalgama de ideas, este caos improvisado, mientras tú celebras este luto que me invade. Tendrás motivos para festejar que la vida pasa. A mí no me dejan las secuelas. El aleteo de la mariposa en esta dirección ya ha durado demasiado.

21 diciembre 2008

UCCAL´ AMMA

Uccal´amma es un vocablo siciliano que en español se puede traducir como la boca del alma. Aquella que nadie escucha pero que también habla. Aquella en la que se duermen las ideas, en la que van a morir frases capaces de cambiar la historia y que nunca pronunciamos. Nuestros pensamientos más recónditos. Sebastiano Riso, director de cine italiano y amigo mío, creó bajo ese vocablo un cortometraje transgresor en el que un hombre y una mujer buscaban dentro de sí mismos su yo más intimista. Su verdadera identidad. Cada cual quería ser distinto. En este caso se trataba de un cambio de personalidad amparado por un cambio de sexo. Un discurso en el que la boca del alma tiene mucho que decir pero en el que nunca dice nada. Al menos no en la Italia berlusconiana. El cine de Sebastiano es en cierta manera neorrealista, no en vano, bebió de la savia del maestro Pasolini. También podemos decir que el suyo es un cine social, como buen amante de Almodóvar que es Sebastiano. Y muy visual y poético, toque que da a sus productos todo siciliano que se precie. Sebastiano quiere dejar constancia de sus escenas, huella de su visión del mundo. Y en esta ocasión lo consigue con un corto capaz de dejarnos absortos varias horas pensando en qué ha querido decirnos con esa obra el autor. Las causas perdidas siempre fueron las causas de Sebastiano, al que recuerdo una tarde de octubre sentado en un viejo autobús con dirección a Trastevere y al que monté en Pirámides. Pregunté a Sebastiano, como pude haber preguntado a cualquier otro, sobre la calle San Francesco Ripa, y ese fue el comienzo de nuestra fraternal amistad. Han pasado más de dos años y no quería cerrar este triste año que afortunadamente se esfuma sin recordar a una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Y hacerlo a través de mi blog, que piensa como la boca de mi alma, sin remilgos, y que lo suelta todo. En este artículo se atreve a decir que sueño cada día con volver a disfrutar de su presencia, de su conversación, de su alegría. Sebastiano es un ser único al que encontré por casualidad en un autobús como podría haberlo encontrado comiendo una manzana por el centro histórico de Santiago de Compostela. O en la Gran Vía de Madrid una navidad plagada en ausencias. Un proverbio dice que hay personas que con una simple mirada permanecen en nuestra memoria para toda la vida. La otra noche hablé casi dos horas con una de esas personas a las que me llevó un poco la casualidad, un poco el destino. Ha pasado mucho tiempo y ahora nuestras vidas paralelas están más lejos que nunca. Nos dijimos muchas cosas, pero otras se quedaron en stand by. En un sepulcral silencio exterior. Y fue así porque ella no supo que la boca de mi alma pedía a gritos una caricia suya, una palabra de cariño, un guiño apresurado en la inmensidad de una soledad de la que solamente ella se percató. Mal año éste, y lo fue desde mucho antes que llegara la crisis y que Madoff arruinase los sueños de los que ya no pueden soñar nada porque compraron todo lo que soñaron. Sebastiano también pertenece a una clase social alta. Pero a diferencia de ellos escucha a su alma y cuida su conciencia. Desde niño ha visto el clientelismo siciliano, las historias convexas, los lazos de la mafia. Mucho más de lo que Touriño puede achacar a Fraga en Galicia. Con el cine o sin él, Sebastiano ha luchado contra la mafia, esperanzado en disfrutar de una Sicilia libre y próspera donde decir lo que se piensa no te aboque a sufrir el acero de un revólver junto a la sien. Lo mismo les sucede a los votantes del PSOE y del PP, vascoparlantes o no, que viven en las catacumbas de los pueblos euskaldunes, amparados por una existencia silente y mutilada. Un ejemplo de ello es Pilar Elías, concejal del PP, viuda de Ramón Baglietto, asesinado en 1980 por Cándido Azpiazu, que abrió hace un par de años una cristalería frente a la casa de Pilar tras salir de la cárcel. Mientras llueve intensamente en San Sebastián, alzo la mirada hacia el balcón del Ayuntamiento. Observo como ondean la ikurriña y la bandera de la UE. Junto a ellas está la bandera española, más mustia, más triste. Espera ver un vuelco electoral en los próximos meses que arranque del poder, tras un cuarto de siglo, al PNV, siempre tan ambiguo. Sería otro buen guión para Sebastiano, tan comunista como Cayo Lara, pero mucho más realista. El nuevo coordinador general de IU tiene como objetivo parar la ascendente sangría de votos que amenaza con borrar del mapa a su coalición. Sucede cuando la insensatez, la inmoralidad (los hay en la izquierda y en la derecha) y el discurso volátil y de verbo sencillo son la carta de presentación. La praxis de los comunistas deja mucho que desear y en poco o nada se ajusta a la realidad que tanto pregonan. Siempre sucede, porque el caviar nos gusta a todos, incluido Llamazares, que deja el liderazgo de IU, no su acta de diputado. La bienvenida de Cayo el domingo 14 de diciembre sirvió para llamar a una irresponsable huelga general en lugar de buscar soluciones ante la crisis. Al parecer a Cayo no sólo le gusta la caza, también le gusta cazar al socialista. Como en tiempos de Anguita, se trataría de hacer una virtual coalición con el PP, trazando mensajes y puentes comunes con el resultado final de mayor representación para IU en las Cortes y el poder político para la derecha. Egoísmo puro, un carro al que ahora también parece sumarse Toxo, nuevo secretario general de CCOO. Pero hay cosas que no se pueden decir porque nadie debe saber, porque podrían cambiar el transcurso de la historia, porque se quedan estancadas en la boca del alma. Por ello nunca sabrás que aquel encuentro en la Gran Vía madrileña marcó un punto de inflexión en mi vida. Que cada tarde mustia me acordé de tus ojos azules para sobrevivir en esta selva llena de fieras. Ni sabrás que la noche que recuperé tu voz también recuperé la vida. No lo sabrás a menos que leas este blog que más que reproducir lo que no dice la boca de mi alma se ha encargado de escupir mis vísceras los últimos dos años y medio. Yo, como IU, pervivo en una refundación perpetua de mi existencia. Tu vuelo al sur, para no sucumbir a la mediocridad banal de la capital y sus pijos de medio pelo, es la única esperanza que me queda. Mi alma te pide a gritos que tapones esta herida que sangra ausencia.

16 diciembre 2008

UNA VIDA EN LAS CLOACAS

La voz de Juan Gelman parece a punto de romperse tras cada palabra. Sin embargo, no se quiebra. Renace una y otra vez de su agonía con un efecto boomerang: rompe en mil pedazos a quienes le escuchan. Las palabras pueden, en ocasiones, romper la amnesia o la indiferencia frente al pasado cuando éste aún tiene cuentas pendientes. Como en Argentina, el país donde nació el premio Cervantes del pasado año en 1930, donde asesinaron y desaparecieron a su hijo Marcelo y a su nuera Claudia. Nadie como un poeta para describir el dolor, nadie como un periodista para relatar hechos, nadie como una víctima para estremecer. Yo, como Gelman, soy un poco de las tres. El infierno no termina cuando se cierran las puertas del campo de concentración y las luces se apagan. Por eso, a pesar de que ha transcurrido una eternidad, en cada nube veo pasar tu rostro, y cada silbido del viento me parece que lleva tu nombre. No recordaré mis desgracias porque hoy tengo en la cabeza una herida común. Comencé con la historia personal de Gelman, al que idolatro, pero podía haber comenzado con miles de víctimas anónimas. La polémica sobre las fosas comunes y la posibilidad de perseguir penalmente al franquismo ha rehabilitado un aluvión de metáforas incapaces de mostrar una realidad subterránea como las que revela la poesía. Considero que no se puede mantener, como se ha hecho estos días, que la democracia española está suficientemente consolidada para cumplir con el deber de memoria hacia la Guerra Civil y, por otro lado, afirmar que no lo está, que no puede ser una democracia completa mientras que no cumpla con ese deber. La prueba está en como la Audiencia Nacional ha cerrado el paso a la persecución penal del franquismo, propagándose de inmediato que los magistrados que han adoptado esta decisión han actuado por miedo o por una inconfesable connivencia retrospectiva con la dictadura. Sucede que el principal problema de la iniciativa del juez Garzón tiene que ver con los límites del uso que puede hacerse del Derecho Penal, de ese derecho que permite al Estado privar de libertad a los ciudadanos. Y es que en lo referente a la memoria histórica, la sociedad civil suele ir por delante de los poderes públicos. Argentina, cuyos gobernantes democráticos dieron pasos adelante y atrás en la reparación del pasado, es el caso más paradigmático. Grupos de derechos humanos exigieron la verdad, rescataron documentación y custodian hoy las huellas de la represión. En Chile, optaron por la discreción mientras ultiman el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, consagrados a los años de Pinochet (1973-1990). Ambos países han sacado el tema a debate. En España, desenterrar la historia y sus puntos oscuros es una labor lenta y minuciosa. Y eso a pesar de que la Ley de Memoria Histórica se aprobó hace ya más de un año. Justamente cuando tus alas eligieron volar en otra dirección, en busca de vanas promesas que el tiempo poco a poco te irá demostrando. Para cuando lo adviertas yo ya habré abandonado esta triste empresa y me habré cosido el alma a navajazos, o eso dicen los libros del desamor que venden en sucias y viejas librerias. Pero el saber antiguo no me sirve de consuelo para algo tan actual. Te sigo llevando en los bolsillos. Pero mañana, cuando tus alas retomen el camino que abandonaron hace millones de dolores, "vendrán tristembres las deudas del olvido". Así lo cita el propio Gelman en su obra Salarios del impío. Y es que ya no me queda a quien rezarle. No pienso hacerlo ante ese Dios que permitió campos de concentración, vidas hacinadas y encerradas en putrefactas cloacas, podridas tanto de libertad como de vida. Mi abuelo pudo haber perecido en una de ellas. Estuvo tres años preso por ser un chiquillo sin ideas pero consciente de no querer matar a sus hermanos. De familia de derechas, fue llamado a filas por tropas nacionales, pero rehusó hacer distinciones entre españoles y antiespañoles. La historia le debe una. Hoy, soy yo el que aprieta con fuerzas ese testigo fraternal. Con mi voz, que es mi fuerza. Escribo este artículo porque creo que es el momento de desarrollar la ley, de darle memoria a las que no la tuvieron, para que recuperen su inocencia, su dignidad. Es ahora o nunca: se están muriendo los hijos y los nietos de los olvidados. Y antes de que se vayan quieren recuperar a sus muertos. Éste es el zapato que yo arrojó a mis gobernantes. No pretendo ser un héroe como Mountazer al Zaidi, el periodista que lanzó el domingo en Bagdad un zapato a Bush, que visitaba Iraq por última vez como presidente de EEUU. Zaidi dijo enviarle su merecido beso de despedida. Una ironía tan inmensa como la que separa a los ayuntamientos de Málaga y Córdoba en el desarrollo de la memoria histórica. Que ambos consistorios (gobernados por PP e IU respectivamente) tengan posiciones muy distintas respecto a ésta es comprensible. La curiosidad es que, mientras el consistorio de Málaga financia actuaciones como la exhumación de cadáveres de las fosas del cementerio de San Rafael (uno de los mayores de España), el ayuntamiento de Córdoba, de IU, en cambio, se resiste a permitir los desenterramientos en el cementerio de La Salud, pese a que la familia de uno de los sepultados ha logrado una subvención del Gobierno. Por ello IU se ahoga en las cloacas de la política española. Además de carecer de moral, carece de ideas y de sentido común. Su nuevo líder, Cayo Lara, quiere preparar una huelga general a Zapatero. Es lo primero que ha dicho como coordinador de la formación. Mientras unos buscan soluciones, otros miran a viejas épocas gloriosas, a aquellos años en que Anguita y Aznar se besaban en la intimidad, que diría el popular, y juntos le hacían la cama, o mejor dicho, la pinza, al PSOE de González. Cuando Cayo quiera recuperar la dirección del vuelo, la memoria, la dignidad... llamadlo como queráis, le pasará como a aquel pájaro: vendrán las deudas. Porque otra cosa no, pero los españoles siempre pagan a cada cual con su merecido. Como decía Manuel Azaña: "desenterrar a los muertos es pasión nacional". Y ahora Cayo viene a hablarnos del ayer. El ayer quedó atrapado entre mis lágrimas. Para ti, que no me sufriste ni visitaste la cloaca donde caí tras tu indefinida ausencia, siempre fue presente. Pero yo tengo memoria.

14 diciembre 2008

REMINISCENCIA

El tiempo no es constante en nuestra memoria: se expande y se contrae y los recuerdos se concentran en períodos concretos. Lo estuve pensando este sábado noche, mientras un taxi me llevaba al encuentro con los compañeros. Llovía intensamente y me acordé de tus ojos, de aquel concierto de Ligabue en el que me abrazaste y de nuestra fría despedida en el aeropuerto a finales de hace dos noviembres. También deslicé por mi cabeza que tu ausencia es ya infinita. Me ha costado todo 2008 entender que no volverás con las primeras flores de la primavera. Pero al final lo he conseguido y ahora está a punto de comenzar un nuevo año. Sin embargo, inconscientemente, aquella noche lluviosa me llevó hasta ti, hacia el pasado. Así funciona la reminiscencia, una técnica de intervención cognitiva que los psicólogos han aplicado en pacientes con demencia logrando maravillosos resultados. El secreto reside en mostrar al enfermo bien un objeto, bien una imagen y que ese impacto visual le lleve hasta su pasado, sus recuerdos, sus experiencias con el propósito de que recuerde. Y resulta que en mi pasado estás tú, noches de lluvia y partidos de fútbol con olor a clásico. Fue una sensación extraña vivir un Barcelona - Real Madrid sin la suavidad de tu mano recorriendo mis mejillas. Durante los últimos tres años, cada clásico me atrapaba en Roma. Ahora no estás tú, ni está Roma, ni el Madrid es el que era... Y aunque ya sólo te recuerdo a veces, este sábado los recuerdos me llevaron de nuevo hasta ti: la lluvia, el restaurante, la carbonara... y el partido. Desde que te llevaron las nubes, me he preguntado muchas cosas, como el esclavo que gracias a sus oportunas preguntas a Sócrates en Menón (un diálogo escrito por Platón) logra demostrar un teorema matemático. Yo aún no he demostrado nada, pero me gustaría hacerlo: decirle a la gente con la que cené anoche que ellos son el futuro, que a ellos se les ha encomendado la labor de defender una causa, una ideología. Acaba de comenzar el siglo XXI, la sociedad demanda nuevas realidades cada día. Nosotros hemos de estar ahí para servir de enlace entre los ciudadanos y el poder, entre los jóvenes y los no tan jóvenes. Hemos de recordar lo que significa ser socialista. Cuando se inició el siglo XX, los movimientos sociales (y en particular el movimiento obrero) eran ya, por la amplitud de sus componentes y por el eco de sus proyectos, un elemento esencial del mundo contemporáneo. Que no se nos olviden nuestros orígenes ni a la clase que defendemos porque a los primeros socialistas les costó mucho sudor y mucha sangre iniciar este camino de transformación para entregarle una voz a los más desfavorecidos. Tenemos la historia (no sólo el futuro) en nuestras manos. Hemos de pensar que la historia, la sociedad, ya jamás podrá entenderse ni hacerse sin nosotros. Sin los jóvenes, sin los socialistas. Aunque llueva y nuestros recuerdos no siempre sean agradables. Que la historia la cuentan siempre los vencedores me lo enseñó Juan Francisco Fuentes, mi profesor de Historia Contemporánea en la Complutense. Por eso en este partido siempre hay que salir a ganar. Fuentes saca a la luz ahora un nuevo libro, Diccionario político y social. Él ha sido el encargado de coordinar el trabajo de 45 historiadores que han trabajado durante cinco años en la obra. Lo hacen porque la movida historia política de nuestro país en el siglo XX ha aportado numerosas voces al lenguaje internacional de las ciencias sociales, como transición, consenso o nacionalcatolicismo. Algo que ya sucedió con la agitada historia española del siglo XIX, cuando se alumbraron al mundo términos como guerrilla, liberalismo o pronunciamiento. Me tomo una copa pensando que sería de mí sin mis ideas. Y por ello, mientras llueven flashes, la música penetra en mis tímpanos y clavo mi mirada en ti (lo hice durante toda la cena) estoy pensando en los disturbios que estos días asolan Grecia, en los 33.ooo millones de euros que movilizará Zapatero para inversión pública y en el cambio de pareja de baile efectuado por ERC. Carod y los suyos se alían con la más rancia de las derechas para descalabrar los presupuestos del Gobierno en el Senado. Se trataban de los presupuestos más sociales de la historia en España. Una historia a la que ERC constantemente quiere cambiar, incluso con carácter retroactivo. Y es así como carecen de argumentos para defender una causa justa. Lo mismo gritan muerte al Borbón que cavilan con los nietos del dictador. La cena de anoche me sirvió para asegurarme que si eres auténtico con la vida ésta te respeta y te rodea de gente auténtica. Cueste un año o una eternidad. El dolor al final siempre se evapora. Si el tiempo son momentos concretos, yo siempre guardaré ésta imagen en mis bolsillos. Con fotos o sin ellas. Lástima que te fueses tan pronto a resguardarte de esta lluvia tan hostil que nos asola. Afortunadamente siempre quedará una botella de cava para brindar con los amigos. Si antes, claro está, no se le ocurre a alguien despeñarla por el torso de algún compañero. No lo sabes aún, pero la reminiscencia está en tus ojos.

12 diciembre 2008

LA CIUDAD Y LOS FANTASMAS

A esa altura del año en que florece el almendro, un grupo de amigos se reunía en una oficina del Paseo de la Castellana, en Madrid. Un lugar que años antes me había parecido un laberinto o un sueño, según el día. Fue entonces cuando advertí mi carácter ciclotímico y que la vida no iba a ser fácil. Era la primavera de 2006 y en la sala había restos de comida por todas partes. Desde ese día, cinco veinteañeros se pasaban en ese lugar los días y las noches enchufados al ordenador, bajando cada dos por tres a la gasolinera para comprar latas de bebidas isotónicas. Tres españoles y dos norteamericanos, una pequeña red de amigos creando el sueño de una gran red de amigos. Así nació el último fenómeno de internet en España, Tuenti, un pequeño proyecto que en apenas dos años se ha hecho muy grande y se ha convertido en la red social líder de nuestro país. A día de hoy, no me imagino un sólo día en mi vida sin un vistazo a mi perfil. Pero claro, hasta hace apenas 12 meses tampoco me imaginaba un día sin que el calor de tus palabras me devolvieran la vida a última hora del día. Las luces se apagaron de repente y desde entonces la ciudad es un universo plagado de fantasmas. No los veo siempre. Sólo son visibles cuando el misterio de tu ausencia se instala en mi cabeza y ésta empieza a dar vueltas y vueltas como una espiral. Mi enfermedad no tiene nombre, pero está claro que necesito urgentemente una medicación que aún ningún médico me ha prescrito. Quizá el milagro lo obre ese invento raro de aquellos cinco jóvenes. Tuenti es un arma poderosa, cualquier persona, cualquier cosa, está al alcance de un sólo click. Estos días de naufragios los ha salvado una persona que ni tan siquiera conocía. Ella ha descubierto mis dolores mientras paseaban apoyados en mi hombro. Ella me ha dicho que los sacuda y luego los encierre. Tan distante queda Roma como Valencia. Lugares que nos acercan las tecnologías en épocas de miserias compartidas: Tuenti, Google Earth... pero que ya no conviven con nosotros. No sé si te ocurre lo mismo, si tú también tienes miedo a que pase el tiempo y sus encantos se los lleve una nube gris disfrazada de sonrisa. Si tienes miedo a que suba el oleaje y descubras historias ocultas que dormitan en las profundidades. Dices que deberías haber sido psicóloga, que cada tarde acompañas a doctores y enfermos por largas galerías donde se pierde el mundo y el resto de planetas, y que entre esas paredes no dilucitas quien es el loco y quien el cuerdo, ¿alguien puede hacerlo? Sé que jamás podré curarme de esta malatia. Pero le resto importancia cuando pienso que estás a un golpe de ratón para compartir mis historias y que de la noche a la mañana te has converido en mi camisa de fuerza particular. Cada mañana me rescatas con un simple gesto de complicidad. Sin saberlo, tú has contribuido a que Tuenti sea una ventana al mundo, a que este dolor sea una gota de agua entre un millón. Ahora, no hay Valencias ni Romas que nos detengan. La ciudad es toda nuestra y los fantasmas son meros espectadores ante nuestro paso triunfal. Tanto que al ver en las noticias las impactantes imágenes del río Tíber desbordado, amenazante a su paso por Roma, he permanecido impasible. Sucede el mismo día en que cientos de miles de trabajadores se manifiestan en 108 ciudades de Italia contra la política económica del Gobierno de Berlusconi. La Confederación General Italiana de Trabajadores (CGIL), el sindicato más importante del país, fue el único que convocó la primera huelga general de una legislatura que arrancó en marzo. Aún así fue todo un éxito. Los obreros, que de números saben más que cualquier ministro de Economía del mundo o cualquier premio Nobel, exigen a Il Cavalieri más creación de empleo, mejores salarios, más pensiones y más derechos. También piden nuevas medidas para reactivar la economía del país, instalada en la recesión desde hace un mes y camino de perder en 2009 el 1% del PIB. Y yo te pregunto: ¿los que votaron a Berlusconi están más locos o más cuerdos que tus enfermos? La respuesta quizá nunca la sepamos. Recuerda que Alice Gould, la protagonista de Los renglones torcidos de Dios, se hace pasar por una paranoica para ingresar en un manicomio y descubrir así quien es el culpable del crimen por el que ha sido contratada. Quizá nada forme parte de la realidad y he ingresado en Tuenti como un paranoico en tu busca. Ya lo dijo el enfermero que salvó física y psíquicamente a Ingrid Betancourt durante su cautiverio. El cabo William Pérez, secuestrado los últimos diez años de los 33 que tiene su vida por las FARC, al volver al mundo real, se dio cuenta que muchas cosas habían cambiado pero lo que más le ha sorprendido ha sido el avance de internet. De momento, Tuenti es una ciudad sin fantasmas.

08 diciembre 2008

HÉROES

La tarde que recorrimos Nueva York en un descapotable para disfrutar (o padecer) la ciudad descubrí hasta donde puede alcanzar el mito de ciertos personajes en nuestra sociedad. Anochecía cuando una adolescente se abrigaba con ímpetu para resguardarse del frío. Pretendía quedarse toda la noche a la intemperie esperando conseguir un lugar en la primera fila en el concierto de su héroe, una estrella mediática con rasgos adolescentes a pesar de sus treinta y tantos, voz de pito y consumidor habitual de coca. Esta sociedad subversiva lo ha catapultado hasta lo más alto, aunque para mí se trata en realidad de un antihéroe. Los jóvenes le hacen la cohorte, le ríen sus gracias, le compran sus discos y padecen el frío y la lluvia por ellos. Porca miseria. Nunca creí en mitos ni en héroes, hasta la llegada de Ligabue a mi vida. Sus canciones eran escenas de mi vida, sus poemas sentimientos que yo también tenía, sus películas fieles reflejos de mis experiencias. Era como mirarse al espejo. Entonces situé a Ligabue entre mi reducido grupo de heroicidad, donde antes sólo habían tenido cabida mis padres y algún que otro salvapatrias muy alejado de los cánones actuales (léase Aznar, Bush o Berlusconi). Con la que está cayendo, y ante las adversas circunstancias, aparece en mi universo de héroes una nueva figura: Barack Obama. Su verbo pulcro, su talante, sus ansias de renovación y sus orígenes hacen que todos, un poco, recuperemos la ilusión. Yo lo hice hace ahora un año, cuando como un vidente, tuve una ensoñación y vi a Obama en la Casa Blanca. Nadie me creyó entonces, como tus ojos tristes no me creen ahora: los hijos que no tuvimos, se quedan en las clocas. O sea, que los días que pasaron, pasados están. Mira al frente y no te marchites. Vendrán cosas mejores. Como ha llegado Obama tras Bush. No hay mal que mil años dure, por fortuna. Volverás a reír, como hiciste esta tarde delante de una pantalla de cine a pesar de la nefasta película. Yo me sentí un paraguas, el mismo en el que se ha erigido el electo presidente de EEUU, Barack Obama. Ante la profundidad de la recesión se disuelven las veleidades autorreguladoras que han hegemonizado la política económica durante el último cuarto de siglo. Ahora se vuelve a acudir a las fórmulas de quienes solucionaron los efectos más nocivos de la Gran Depresión, adaptadas al marco de la globalización, por supuesto. Vuelven Keynes y Roosevelt. Lo hacen de la mano del particular New Deal de Obama, cuya primera medida será un gigantesco plan de inversión pública, con el objetivo de crear dos millones y medio de puestos de trabajo, centrado en la creación y mejora de infraestructuras clásicas (carreteras, escuelas, hospitales...), energías renovables y tecnologías de la información y la comunicación. El anuncio de las inversiones masivas se hizo apenas 24 horas de que se conociesen las catastróficas cifras de desempleo del mes de noviembre en EEUU (553.000 empleos han sido destruidos). El paraguas de Obama ha insuflado vitalidad en los mercados de valores. Su anuncio del plan de inversiones públicas ha recuperado parte de la actividad económica del parqué. En Nueva York, en París, en Londres y en otros muchos lugares. Y aunque continúa lloviendo, el paraguas de Obama intenta cobijarnos de la que puede ser, exceptuando la Gran Depresión, la mayor depresión conocida por el mundo. Donde sigue lloviendo, y ya es costumbre, es en el Santiago Bernabeú, donde las mocitas madrileñas acuden como plañideras para ver palmar a su Madrid. El Madrid de los galácticos fue una apuesta arriesgada, ganador de todo y luego, perdedor decepcionante de todo, cuando se cambió el fútbol por la pasarela y los entrenamientos por los actos de publicidad. De catarsis en catarsis, rehén de su grandeza y su capitalización social, que no mercantil, el Madrid resiste cualquier vaivén siempre que prevalezcan sus valores: entereza, fe, pasión, autoestima, la ensoñación permanente. Pero este Madrid carece hasta de eso, de valores. Necesita un cambio urgente de entrenador, de discurso, de directiva y de jugadores, que hace mucho tiempo que ya no son héroes de nada ni de nadie. Nadie recordará como un héroe a Wilhelm Schrefler, que fue siempre un extranjero de sí mismo (como todos). Luchó como soldado austro-húngaro en la I Guerra Mundial. La derrota le convirtió en ciudadano italiano y en 1935 pasó a llamarse Guglielmo Sandri. Luchó en Etiopía y en 1937 se alistó como voluntario del Ejército de Mussolini para luchar contra la República Española. Estuvo dos años y medio en nuestro país; era teniente, hablaba alemán y hacía fotos. Las hacía sin parar. Y las hacía por afición, no por encargo. Su cámara recogió todo lo que vieron sus ojos, hasta reunir más de 4.000 negativos en los que apenas se ven cadáveres, sangre o heridos. El soldado prefería fotografiar paisajes, edificios, escenas de confraternización con la población civil franquista... Este fascista italiano es un héroe, no por su lucha armada, no por las ideas que defendía, sino por su actitud de dejar constancia de lo que sucedía. Este blog pretende el mismo efecto: dejar constancia del mundo y la sociedad que nos rodea. Desde este pobre y diminuto espacio intento denunciar los abusos del poder, la pérdida de valores y mostrar consideración por los grandes gestos y personajes. Y esa chica que me acompañó esta tarde a ver una película sobre héroes (cada vez quedan menos) puede que sea una de las pocas heroínas que conozca. Denuncia la islamofobia que existe en nuestro país. Pero más que eso, debería denunciar la ignorancia que existe sobre su cultura, sus tradiciones y su religión. Y así sucede que el racismo en las escuelas se ceba con los musulmanes según un estudio. El mismo que revela que los gitanos ya no son los más rechazados por los alumnos nacionales. Por medio existen episodios como el 11-M, la inmigración ilegal y los sucesos en diferentes poblaciones de Almería. No es odio, ni rencor. Es ignorancia, te repito. Haces bien cuando me hablas de tu mundo, de tus tradiciones, de tu cultura. Así descubro un fabuloso mundo que nada tiene que ver con las fuentes, los recovecos, el extremismo o el Ramadán. Ésa es la fórmula para acabar con la ignorancia, y por tanto, con eso a lo que tú llamas islamofobia. ¿Estamos a tiempo de combatir el racismo y la xenofobia en los colegios? Será posible cuando en las aulas se fomenten los valores de hospitalidad y solidaridad. El racista se hace, no nace. Y las nuevas generaciones deberían saber que también sus padres y abuelos fueron emigrantes. Pese a todo soy consciente de que seguirá lloviendo y necesitaré de un paraguas para proteger lo único que poseo: mis valores. La vida me han enseñado a llamar héroes sólo a aquellos que son capaces de salvaguardar las esencias.

06 diciembre 2008

PAÍS QUE FUE SERÁ

Con la mirada huida en la carretera, puso en marcha su destartalado coche y se mordió la piel seca del beso que, instantes antes, se le había quedado muerto en los labios. Después, escupió por la ventanilla y fue acomodando su molesta tristeza en los recuerdos veraniegos del pueblo de pescadores donde aprendió a nadar con el agarre, el tirón y el empuje de un pez. Fue en ese pueblo donde pasó el último verano de su adolescencia, donde conoció a su primer amor. La recuerda pensado que después de ella nada volvió a ilusionarle, mientras cavila sobre lo cruel que ha sido la vida con él. Piensa en ella, después de mucho tiempo, y se pregunta, con los ojos lagrimosos, qué estará haciendo en ese preciso instante. Así, con la mirada ausente, pasó del ayer al mañana sin pasar por el hoy, de la ciudad gris y ocupada, capital de un Estado que castigó con especial ensañamiento su tenaz resistencia a la invasión de los bárbaros, a la urbe alegre y confiada que estaba a punto de transformarse en emblema de todas las movidas, que iba a pasar de la antigüedad a la posmodernidad sin escalas. El futuro estaba ya aquí, como cantaba Radio Futura, aunque muchos aún no se habían dado cuenta. Él sí. Los padres de la Constitución, entre intrigas y deserciones, polémicas y conjuras, habían parido un texto que iba a servir de marco de la transición política y guía de uso para una democracia en ciernes. Pero 30 años después, en las calles de Madrid sólo pervivían los anacronismos. Es la sensación que tuve siempre, hasta que una tarde de otoño, con las hojas caducas derramadas por la extensa y glamourosa Gran Vía, descubrí tus ojos azules, la única guía capaz para un ser humano sin más patria que sus sueños. ¿La Constitución? La política recién estrenada era ya cosa de viejos para muchos jóvenes. La política no sólo era para los políticos, sino para todo un pueblo, incluido los más noveles, que hablaban de mayo del 68 como si hubiera sido ayer, de cantautores pelmas, de progres desencantados que no estaban seguros de que Franco hubiese muerto y de personas que veían fantasmas por todas partes. La Transición se hizo así, entre todos. Así, con pasado y futuro, pero sin pensar en el presente. De esa manera se enterraron muchas cosas y no se desenterró ninguna, por cierto. Recuerdo como mi padre aquella tarde entre sollozos me decía: "ellos robaron mi juventud". Fue el precio a pagar. A aquella generación que le tocaba vivir entonces le tocó eso, pasado y futuro. Cada renovación, cada evolución, cada síntoma de recuperación, era un verano menos en su adolescencia. Y así, no sólo perdieron su primer amor, sino el amor por la vida. Luego, ya serían incapaces de recuperar el tiempo perdido. Aún así, sin encontrar una guía, una referencia para sus vidas, una historia que escribir en presente, nunca los escuché quejarse. Quizás nosotros, a 600 kilómetros de distancia, aún estemos en circunstancias de salvar nuestro presente. Cuando pienso en tus ojos azules, ya nada me importa que para Zapatero no sea prioritaria una reforma constitucional aunque la sociedad avance, cambie y así lo demande; que Tardá ladre contra la Monarquía en un acto de partido; que los nacionalismos galopantes aún estén insatisfechos con la Constitución de 1978 o las ausencias de González y Aznar en el acto por el aniversario de nuestra Carta Magna. Sólo pienso que el cielo es azul, que la mar es azul y que tus ojos tienen el color de la ilusión. Cuando pienso que vives en Madrid cuando tu sitio está aquí abajo, en el sur, pienso que a ti también te puede suceder como a la generación de mis padres: tendrás pasado, tendrás futuro, pero nunca un presente. El mundo es circular: todo acaba, todo empieza. La historia se repite una y otra vez. Y este país, si por algo se caracteriza, es por seguir escupiéndonos falsos patriotas, inútiles guerras o falsas expectativas precocinadas en fiestas palaciegas. Este país, he concluido, no tiene remedio. Aún así, te encontrarás algún tonto de los cojones que siga defendiéndolo. Hay cosas que sólo ocurren en tu adoptiva Madrid, donde se hallan preparadas las huestes de doña Esperanza. A éstas, y en tiempos de crisis (queremos soluciones), no se les ocurre otra cosa que abrir un frente de batalla por una causa nimia contra el alcalde de Getafe y presidente de la FEMP. Pedro Castro tiene toda la razón: los madrileños son tontos al votar al PP contra sus propios intereses. Y esa verdad como un puño es la que a Esperanza Aguirre no le conviene que se sepa. En Madrid, las clases medias y bajas y los restos de la clase obrera (el antiguo cinturón rojo de Madrid) votan contra natura a la derecha. Lo hacen apoyados en la exitosa guerra cultural emprendida contra la izquierda progresista por el fundamentalismo neocon, que ha seducido al pueblo llano con su populismo campechano. Aguirre exhibe tanta ignorancia política como irresponsabilidad temeraria. Una irresponsabilidad fatalmente destructiva, pues con sus doctrinarias privatizaciones se carga los pilares del Estado de Bienestar: la sanidad (con falaz ocultación de las listas de espera en los hospitales, la mayoría de gestión privada); la educación (incluyendo la descapitalización de la universidad) y los servicios sociales (con expreso sabotaje de la ley de dependencia). Espero que este país no vuelva a tropezar de nuevo en la misma piedra (la misma en la que está enquistada Madrid). A la capital aún le salva la guía de tus ojos, tus ojos azules. Los mismos que aquella tarde me encontré en Gran Vía. Los mismos ojos que tantas veces he soñado. A los que tantas veces me quise aferrar para no carecer de presente. Sólo los pude admirar una vez, sólo una, pero permanecerán en mí hasta el fin de los días. El tiempo siempre nos importó. Por eso Juan Gelman dedica a ello un poema en su exitosa obra País que fue será: "siempre te amo por primera vez./ Siempre te amo la primera vez". Cuando lo recito pienso en tus ojos. Y escribo mi presente. O lo que queda de él.

04 diciembre 2008

CAPARRÓS

Esta mañana las nubes dibujaban tu nombre. No he querido sentirme aludido porque mis miedos empiezan una noche de infausto recuerdo en plena adolescencia y acaban en una noche fría viéndote subir a un taxi con la mirada perdida mientras gritaba tu nombre y nadie me escuchaba. A continuación, resonaron los ecos de una canción que había versionado para ti y que pertenece a un cantautor italiano desconocido para tantos y que tú guardas en el bolsillo. Lo último fue verte en todas y cada una de las paradas de autobús de esta inagotable ciudad, con sus historias viscerales, sus promesas y el aire de lo ajeno mirando desde las terrazas sus rarezas. Málaga puede ser el principio o el fin del mundo, según se mire. Para nosotros aún el principio, me niego a cerrar esta historia. Aún tienes que cantar mis versos con tu guitarra en alguno de tus conciertos. O bien aquella canción versionada que nos viene de maravilla. Hay cosas que sólo suceden ciertas noches. Para García Caparrós, sin embargo, Málaga fue el final de su vida. Sucedió aquel fatídico 4 de dicembre de 1977, cuando tomamos la calle, cuando dijimos que blanca y verde era nuestra sangre. Los andaluces nos levantamos desde el trigo hasta la mar. Era un 4 de diciembre cuando luchamos por nuestra gente, España y la Humanidad. Fueron días de guerra, de fascistas en la acera saludando a su dictador. Pero ese 4 de diciembre cayeron las cadenas, bailaron las estrellas, suspiraron los abuelos, derrotamos a los terratenientes y no hubo ya en el mundo entero batallón que nos parara. Rojos contra la pared, Blas Infante por los muros, dijimos no al 143, sí al 151. Andalucía fue una voz, la voz de Caparrós, asesinado de un tiró a quemarropa por la espalda por un agente del orden (o del desorden). Con la muerte de Caparrós nació la Andalucía que conocemos. Pero hoy son muchos los que no se acuerdan de eso. El sentimiento andaluz había nacido mucho antes, es cierto. No el 28 de febrero de 1980 tras un referéndum. Pero ocurre que aún en nuestra comunidad no hemos aprendido a valorar los esfuerzos de personas como Blas Infante o García Caparrós, dos malagueños que entregaron su vida para dar un pasito en la conquista de la libertad en el nombre de Andalucía. Se fueron, pero su espíritu se ha instaurado en nosotros. Si un catalán o un vasco pregona su condición de catalán o vasco, yo tampoco voy a tener miedo de gritar a los cuatro vientos que soy andaluz, porque la tierra a la que pertenezco es preciosa, está llena de luz, ofrece diferentes alternativas (playa, montaña, ciudad), es una sociedad moderna que cuida sus tradiciones y, aparte, una región que compite política, científica y económicamente con las más fuertes de Europa. Así es la Andalucía de hoy, aquella por la que lucharon Infante, Caparrós y tantos y tantos miles de andaluces anónimos. Aquella en la que ahora una joven periodista cumple 29 años y ya sí puede decir lo que piensa, y ya sí puede ser libre y soñar. Aunque de vez en cuando una voz inconsciente de la política rememoré las viejas épocas y reclame el centralismo. En este caso el sevillano. No nos moverán. Lo gritaban en las trincheras republicanas que el pueblo levantó en mitad de un Madrid sitiado a balas. Lo gritaba Caparrós en mitad de cientos de malagueños aquel 4 de diciembre. Hoy Caparrós somos todos y gritamos las miserias que nos tocan: la guerra de Irak; los vuelos a Guantánamo; la crisis financiera; los altos porcentajes del paro; la baja calidad educativa; la doble moral... La conciencia es el mejor arma de un ser humano. Se acabaron las pistolas por la espalda. Las mañanas tristes y las canciones olvidadas. Hoy he tomado conciencia de mi existencia.

03 diciembre 2008

LA FLAUTA DE RAJOY

La piedra inerte ni siente ni padece. Y Rajoy está políticamente muerto desde hace meses. Concretamente desde el 9 de marzo a medianoche. Esa noche comenzaron las cábalas y las quinielas sobre el futuro del liderazgo en el PP. Esa noche se abrió el camino de la sucesión. Porque eso es ya lo que se espera en la derecha española. La puerta está entornada, esperando a que una mano la abra del todo. Lo intentó Esperanza, pero la derecha moderna, europeísta y abierta bloqueó la entrada. Antes, en un sutil intento de coger carrerilla ante el inminente fracaso de Rajoy, entonces rodeado de los ladridos de Zaplana y Acebes, se posicionó Gallardón. Entonces fue la derecha ultraliberal, católica y retrógrada la que se opuso. El resultado fue montar de nuevo a Rajoy en el caballo batallador, devolverle la lanza y venderlo como el Cid del siglo XXI. Tras ese artificio estalló una amalgama de familias que han acabado en diáspora ideológica. La derecha española está vertebrada y cada uno juega a lo suyo porque cada uno tiene interés en que su facción ocupe el cetro. El PP se parece más a un reino de taifa que a un verdadero partido político. Me apunto a la tesis que sostiene el gran Raúl del Pozo, para quien "el PP tiene máquina, estructura formal, pero le falta canción, chispa, resplandor y leyenda. Hay un funcionario donde se precisa un líder. Hay estructura formal pero falta imaginación política. La derecha centrista no da miedo, ya no es de misa y patria, pero le falta un relato", una ideación para romper el empate en intención de voto en el que se ha instalado. Y eso a pesar del frío de diciembre y de la recesión, cuando todos los pronósticos anuncian que 2008 es malo, que 2009 será aún peor y que el 2010 es toda una incógnita. Pero siempre nos queda la España social que ha creado acertadamente nuestro presidente. Este logro ha ensombrecido los erróres de ZP. Los hay. Pero la derecha tiene muy difícil avanzar cuando Rajoy, un líder a préstamo, se aferra a que "con el PSOE hay siete vuelos más a Guantánamo que con Aznar". Rajoy, vicepresidente de Aznar entre los años 2002 y 2004, dice desconocer absolutamente el tema de los vuelos: "no hablé con nadie de eso ni estuve en ninguna reunión". Entonces, don Mariano, o su silogismo está mal construido o quiere tocarnos la flauta para llevarnos a Hamelín. Lo único que importa ahora son los casi tres millones de parados que hay en nuestro país, donde el ritmo de pérdida de trabajo es arrollador y superior al resto de Europa. Piqué, que siempre fue un señor, que trabajó incansablemente y que procede de la izquierda más radical, ha visto hoy como unos radicales de la izquierda le llamaban asesino mientras el ex ministro de Exteriores se excusaba en la ignorancia. La misma que hace que dos encapuchados que dicen actuar en aras de la libertad y de unas ideas la emprendan a tiros con un ciudadano que se ha negado a pagar un impuesto que no le corresponde, que se ha negado a que con su dinero mueran otros inocentes. Hoy recé por el alma de Ignacio Uría Mendizábal, vilmente asesinado. Y también lo hice por María Serrato, una mujer que a pesar de sus casi 100 años mantenía un frenético sentido de la existencia. Ella siempre estaba preparada para todo. Mantenía conversaciones con la frescura de una adolescente y recordaba los episodios más minúsculos de su larga existencia. La vida fue dura para ella. Pero ella siempre salió adelante. Se fue como un rayo, sin tiempo para despedidas. Su adiós fugaz contrastó con su intensa y dilatada vida. Mientras pasaba tanta gente por delante de su tumba y la lluvia tenaz impregnaba mi cara, tatareé una melodía que se llevaron las nubes. No escribiré más versos para ti hasta que no aparezca en alguna de tus canciones.

01 diciembre 2008

EL DIOS DE LAS PEQUEÑAS COSAS

Desde el origen de la existencia humana, el hombre ha recurrido a una fuerza superior, sobrenatural, para dar sentido a su propia existencia. Pilar central de todas las civilizaciones, la espiritualidad ha sido y es un fenómeno global. Quizá por ello los científicos del siglo XXI siguen buscando un principio básico, un denominador común a todas las creencias. Y del viejo duelo entre razón y fe surgen teorías renovadas. Una cosa parece poner a ambas partes de acuerdo: la razón no da la felicidad. Hay un sentimiento de que el mundo se ha quedado sin alma, despojado de sabidurías eternas. Y es que la modernidad es un supermercado con un amplio surtido de ofertas espirituales donde cada uno aspira a su particular reino de los cielos. Las religiones nos forman para el dolor y en la reflexión de un mundo en el que todo gira bajo una figura y un orden del que nada podemos cambiar. Nos acostumbra a ser fuertes para lo que vendrá, nos hace no mostrar debilidades ante temas tan cruciales como la muerte o el sufrimiento, a sobrellevarlos, y nos limita. Pero Dios sólo es un producto del cerebro, una especie de defensa de nuestro sistema inmune, que así reduce el estrés. La fe capacita para afrontar las cargas emocionales, pero yo sigo sufriendo tu ausencia como un místico que se niega a escuchar las teorías de la evolución y que cree que Darwin es una marca de televisores. Algunos laicos parecemos masoquistas y dedicamos nuestro tiempo a conocer más sobre la religión, la nuestra y las otras. Así nadie podrá vendernos la moto. A veces no consigo explicarme como entre las distintas y enfrentadas religiones existe una delgada línea con numerosos puntos de unión. Por ejemplo, el carácter purificador del agua. Noé, refundó el cristianismo a partir de un diluvio; en el budismo, rezar debajo de una cascada de agua es un símbolo de pureza y en el hinduismo, por ejemplo, millones de creyentes acuden cada 12 años a las orillas del Ganges para iniciar una travesía de limpieza o purificación colectiva. Y parece que Dios existe porque a esa causa se ha dedicado estos días. En Málaga, donde no se recuerda tanta lluvia desde tiempos de Pilatos, o en Venecia, donde la ciudad ha quedado inundada debido a un fenómeno conocido como l´aqua alta y que ha sido provocado por las fuertes lluvias y los vientos del sur. Es como si el altísimo quisiera borrar del mapa a toda una civilización, ya gastada, la italiana, que parece no tocar fondo y camina como los cangrejos (hacia atrás) a marchas forzadas. Es increíble. Pero claro, cuando en Italia gobierna un señor que dice que el dopaje es un invento de izquierdas... Purificador también está Lance Armstrong, que con su vuelta al ciclismo quiere lavar su conciencia. Sus siete tours consecutivos dejan muchas dudas. El agua, digo, tiene un carácter revitalizador, pero aquella tarde de miércoles pareció destruirse el mundo en el que creía. Y mientras tú jugabas en un billar, mis fantasmas volvían para instalarse. Te pido que no les dejes, sabes que sin ti el fin de los días está a la vuelta de la esquina. Eres ese Dios de las pequeñas cosas que todo lo cambia. Esa misma fuerza que mueve las cosas sin control, sin explicación y lleva al hombre a buscar una solución divina. La escritora india Arundhati Roy lo refleja con acierto en su obra El dios de las pequeñas cosas, donde cuenta las experiencias de dos hermanos gemelos en el estado indio de Kerala durante el año 1969. Los pequeños tenían entonces siete años. Después vendrá una larga ausencia sólo explicada por la mística. En 1993 llega el reencuentro de los hermanos, lo cual nos explica que el tiempo es impredecible y que sólo el altísimo controla nuestras vidas. Vuelve a llover sobre los vuelos de presos que pasaron por aeropuertos españoles para terminar en la indigna base de Guantánamo. Zapatero no sabe nada. Todo comenzó en 2002, cuando EEUU alertó sobre ellos. Aznar, Trillo y Piqué buscan una trinchera para resguardarse de las balas y de la lluvia, no quieren purificarse con ella. El que se purifica cada noche es Andrés. El domingo me llevaron al lugar donde duerme estos días fríos y mojados. Parece un perro. Hice fotos y lloré un rato. ¿La política existe para ayudar a indigentes como él o a inmorales como Florentino Pérez y cia? Que llueva, que llueva. Que no deje de llover. Cuando salga el sol quizás rece y busque una explicación divina a tu ausencia y a este amor que te profeso.